La madre de Connor Sturgeon, el tirador de Louisville, llamó al 911 para alertar que su hijo salió de casa con un arma, sin saber que éste ya perpetraba un ataque armado en su lugar de trabajo.
“Tiene un arma y se dirige al banco (Old National Bank)”, externó Lisa en su llamado a las emergencias al advertir que él o alguien más podría estar en peligro, pues un amigo del joven encontró una nota en su cuarto y ella temía que algo sucediera en su trabajo, tragedia que lamentablemente se confirmó poco después cuando se reportó la muerte de cinco personas y el abatimiento del joven banquero.
La mujer relató alrededor de las 08:41 horas, cuando los agentes ya estaban en la escena según la cronología de la Policía Metropolitana de Louisville, que no sabía ni siquiera de donde sacó el arma y que nunca había lastimado a nadie, según la difusión de la conversación telefónica, pero pedía que acudieran a al banco en el centro de Louisville.
Incluso, Lisa comentó al despachador del 911 que ya se dirigía a su auto para ir al Old National Bank con la intención de detener a su hijo, pero éste le pidió no ir a la escena, pues le confesó que ya había reportes de un tiroteo activo en esa zona.
Asimismo, las autoridades difundieron los audios de otras llamadas telefónicas al 911 en las que empleados solicitaron ayudr.
En una de éstas una mujer que no estaba en la escena y de quien no se reveló nombre dijo que escuchó múltiples disparos durante una videollamada entre sucursales; mientras que otro compañero, quien tampoco fue identificado, pidió ayuda casi a susurros al detallar que se escondió en un armario al escuchar los tiros en su trabajo, ante lo que el despachador le recomendó mantenerse en silencio y dejar la línea abierta.
Lamentablemente en el lugar Sturgeon, quien luchó contra la depresión según su familia, mató a cinco personas durante un tiroteo que inició a las 08:38 y fue hasta las 08:45 que los oficiales en la escena abatieron al tirador, el empleado del banco quien antes de morir le disparó a dos policías, a uno en el brazo y a otro en la cabeza, hecho por el que sigue hospitalizado y en condición crítica.
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