La elección se enciende cada vez más hacia el cierre de la contienda con choques partidistas más ríspidos, al arremeter contra la capacidad del rival y riesgos; escenario en el que Donald Trump recibe ataques fuera del país por ofensas racistas.
El republicano atajó los reclamos desde Puerto Rico tras la descalificación y discriminación a la isla por parte de un comediante en un acto en Madison Square Garden y afirmó que “ama” a la nación.
Incluso, se declaró su mejor aliado cuando gobernó al sostener que “ningún presidente ha hecho más por Puerto Rico que yo”, lo que ligó a la ayuda brindada tras el impacto del huracán María en 2017, aunque en San Juan le recordaron que prefirió arrojarles toallas que destinar más fondos para su recuperación.
El exlíder de 78 años minimizó las críticas al referir desde Mar-a-Lago, Florida, que no prestó atención al chiste en el que se tildó de “basura” a Puerto Rico y ni siquiera conoce al comediante en cuestión, con lo que evitó fijar una postura a diferencia de su compañero de fórmula, el aspirante a vicepresidente JD Vance; por el contrario, dijo que lo ocurrido el fin de semana en Nueva York fue un “festival de amor”, ante lo que la prensa recordó que ése fue el mismo término con el que definió la insurrección en el Capitolio, quitándose responsabilidad de la turba que provocó tal nivel de violencia, en la que murieron cinco policías.
A ninguna persona que ha causado tanta destrucción y muerte en casa y en el extranjero se le debería permitir nunca ser la presidenta de Estados UnidosDonald Trump, Expresidente de EU y aspirante republicano
Mensaje con el que Donald Trump minimizó un posible impacto electoral en un claro intento de dejar atrás la polémica, pese a que su partido admitió que le costaría votos a días de los comicios del próximo 5 de noviembre y mientras casi 50 millones de personas, según Reuters, ya sufragaron por adelantado.
Pero sus dichos para tratar de calmar a los puertorriqueños, parecen llegar tarde. En la zona crece el ánimo por la demócrata Kamala Harris y medios de la isla hacen campaña en favor de ella al considerar que sería mejor líder en comparación con el político “cobarde” que desprecia a la comunidad latina; muestra del apoyo es que el periódico El Nuevo Día publicó en su portada ayer “Puerto Rico tiene una aliada en Kamala Harris”; mientras que ciudadanos alertaron que un triunfo de Trump reduciría las oportunidades para la comunidad hispana.
Horas antes, ese medio atizó en su Editorial que “los puertorriqueños deben votar por Kamala Harris”, aliada de Joe Biden, porque sí defendería la Constitución y respetaría las diferencias, mientras que el rival promueve la rabia y muestra conductas “psicopáticas” y cree que las reglas no aplican para él.
Sabemos quién es Donald Trump (…) Se trata de alguien inestable, obsesionado con la venganza, consumido por el agravio y en busca de poder sin controlKamala Harris, Vicepresidenta de EU y aspirante demócrata
Dicho pronunciamiento evidencia la influencia que tiene la región, pues, aunque no vota, sí es clave para convencer a familiares de corregir si pensaban respaldar al conservador, panorama en el que resalta que cinco millones de puertorriqueños sí deciden al vivir en la potencia, principalmente en estados como Florida, Texas, Nueva York y Pensilvania, este último clave para definir al ganador.
Y por la noche en un nuevo mitin justo en Pensilvania, el magnate siguió con su retórica antimigrante y lanzó acusaciones políticas sin sustento, como que se detectaron dos mil 500 votos ilegales, lo que la prensa desmintió al referir que eran formularios que no se procesaron.
Desde la región centró sus ataques contra la número dos al culparla no sólo de la crisis migratoria, sino de las guerras en el mundo, por su falta de liderazgo, igual que Biden, para denostar a la rival quien tiene una ligera ventaja en las encuestas, según CBS y Reuters, e ironizó que ella no llena ni sus mítines al recurrir a estrellas como Beyoncé. Asimismo, refrendó sus apuestas para “salvar” al país de la migración ilegal y adelantó que los bienes decomisados a cárteles de la droga serán usados para crear un fondo para víctimas del crimen organizado.
En tanto, Kamala Harris avivó las advertencias en Washington de lo peligroso que sería dar un segundo mandato al exlíder e insistir que es un político “inestable y obsesionado con la venganza”.
Ante unas 75 mil personas, desde el Elipse, el mismo lugar donde Trump incitó a una turba a defender su supuesto triunfo electoral en 2021 desatando el asalto al Capitolio, el peor ataque a la democracia en EU, la vicepresidenta abundó en torno a la amenaza que representa su rival, en especial si obtiene un poder sin control a partir del 5 de noviembre.
Y enfatizó “sabemos quién es Donald Trump”, al recalcar que no es apto para liderar EU, pues no le importa desatar violencia si en su beneficio. Asimismo, la exfiscal demócrata enfatizó que la población tiene en sus manos la oportunidad de pasar página a la era de Donald Trump, marcada por el caos, el odio y la división, pues reconoció que es posible unir visiones, en lo que se enfocará si vence al republicano la próxima semana.