El hacker y fundador de WikiLeaks, Julian Assange, recuperó la libertad al concretar el acuerdo de culpabilidad con Estados Unidos por filtrar los mayores secretos de guerra de esa potencia.
Tras una larga lucha que inició en 2010 y que incluyó siete años de encierro en la embajada ecuatoriana en Londres y cinco en una prisión de máxima seguridad, ayer se convirtió en un hombre libre en Saipán, en las Islas Marianas del Norte, —sede elegida por la defensa del ciberactivista por su cercanía con Australia—.
El programador de 52 años se declaró culpable como se pactó por conspiración y violar la Ley de Espionaje. Admitió que animó a su fuente, Chelsea Manning, a divulgar informes clasificados y destapar crímenes que Washington ocultó en Medio Oriente, pues no informó 60 mil muertes provocadas en Irak y Afganistán ni casos de tortura en Guantánamo. Ahí abundó que creyó en la Primera Enmienda para hacer pública la información de interés, como en el periodismo.
Dicho estatus de libertad lo corroboró la jueza Ramona Manglona al destacar que ya cumplió su sentencia de 62 meses, tiempo que pasó tras las rejas en
Reino Unido, y ayer volvió a ser libre, al instarlo por el camino de la paz.
Minutos después, el líder de WikiLeaks, con traje oscuro y corbata mostaza, confirmó el fin de su calvario al salir sin condicionantes del tribunal, mientras sus abogados Barry Pollack y Jennifer Robinson charlaron con la prensa.
Después de mediodía (tiempo del Pacífico) Julian Assange abordó el avión que lo llevará de regreso a Australia, donde lo espera su familia, con lo que sumará casi 24 horas de vuelos en un chárter VJT199 de Reino Unido a Bangkok, tras una escala, para retomar la odisea a Saipán y presentarse ante las autoridades, según el cronograma de FligthAware.
A la par del viaje, WikiLeaks recaudó 296 mil dólares a través de Crowdfunder, para retribuir el dinero a su nación.
Bajo la consigna “Liberen a Julian Assange” la organización junto a la pareja del hacker, Stella Assange, pidieron donativos para pagar los 520 mil dólares del avión que cierra su travesía en Canberra.
En 12 horas, al cierre de esta edición, rebasó más de la mitad del monto buscado en un plazo de un mes. Y se prevé que al superar su meta queden recursos para seguridad y salud, pues afirmaron que quien se dice periodista necesita “urgentemente una recuperación”, pues hace tres años, recluido en Belmarsh, sufrió un derrame que le causó pérdida de memoria y daño neurológico.
Previamente, tras conocerse el acuerdo, aliados y políticos celebraron la decisión histórica que evitó un juicio de millones de dólares. Su hermano Gabriel Shipton destacó que el fin fue “increíble”, a falta de la firma oficial.
En tanto, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió con beneplácito el triunfo de la libertad de expresión al declarar que ésta no podía mantenerse en la cárcel y que ayer se acabó la injusticia. Agregó que su gobierno intervino al demandar a los mandatarios Donald Trump y Joe Biden su liberación.
Por separado, Amnistía Internacional en ese país aplaudió el trabajo de su familia y abogados por defender “los principios fundamentales que deben regir el derecho y el acceso de la sociedad a la información”, según un comunicado.
Mientras que EU se mostró satisfecho de que éste rinda cuentas, lo que recuerda que, aunque unos lo ven como víctima, fue considerado un villano en el país.
Y es que se acusó al ciberactivista, quien también expuso a la CIA, de poner en riesgo vidas dentro y fuera del país; los documentos filtrados revelaban nombres clave, colocando a esas personas en peligro de tortura y hasta de muerte.
Sus acciones también sacudieron a oficinas y embajadas al obligar a ajustes luego de que se destapara que EU usó a diplomáticos para espiar a las Naciones Unidas y hasta trató de obtener datos biométricos de ese personal, pero
Assange defendió sus actos por tratarse de interés público. Y destaca que también detonó renuncias como la del anterior director del medio árabe Al Jazeera, Wadah Khanfar, presuntamente por presión tras hacer eco del material filtrado.