Un ataque aéreo israelí mató ayer a tres periodistas que dormían en una casa de huéspedes en el sureste del Líbano, uno de los ataques más letales contra medios desde que estallaron las hostilidades hace un año.
La ofensiva ocurrió alrededor de 3:30 de la mañana mientras los comunicadores dormían en una serie de chalets que habían sido alquilados para varios medios de comunicación que cubrían la guerra.
Los coches que llevaban la inscripción “Prensa” quedaron volcados y cubiertos de polvo y escombros, y al menos una antena parabólica para retransmisiones en directo quedó totalmente destruida.
El ejército israelí no emitió ninguna advertencia antes del ataque, que supuestamente iba dirigido contra la infraestructura de Hezbolá, un edificio desde el cual militantes de esta organización llevaban a cabo operaciones. Las Fuerzas de Defensa Israelíes añadieron que creían que los militantes estaban dentro cuando se produjo el ataque aéreo.
Los equipos de televisión habían llegado a Hasbaya y lo consideraron más seguro, después de que Israel ordenó una orden de evacuación para una ciudad más al sur desde donde estaban informando.
“Por eso lo consideramos un ataque directo, cuyo objetivo es expulsar a los periodistas del sur. Quieren impedir que los periodistas cubran y tengan presencia en el sur del Líbano”, manifestó Elsy Moufarrej, coordinadora del Sindicato de Prensa Alternativa en el Líbano, declaraciones recogidas por la agencia AP.
Entre los muertos se encuentran el camarógrafo Ghassan Najjar y el técnico de radiodifusión Mohammed Rida, del canal panárabe Al-Mayadeen TV, con sede en Beirut, y el camarógrafo Wissam Qassim, que trabajaba para el canal Al-Manar TV.
El ministro de Información de Líbano, Ziad Makary, calificó la agresión como un “crimen de guerra” y agregó que al menos 18 periodistas de seis medios de comunicaciónse estaban hospedando en el lugar.
“Se trata de un asesinato, previo seguimiento y control, con premeditación y planificación, pues en el lugar estaban presentes 18 periodistas en representación de siete medios de comunicación”, escribió en redes sociales.
La relatora especial de la ONU sobre la libertad de opinión y expresión, Irene Khan, hizo eco a esta declaración y realizó una publicación sobre el ataque en su cuenta de X: “El asesinato deliberado de un periodista es un crimen de guerra”, escribió.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) externó más tarde que estaba consternado por el asesinato de los tres periodistas y pidió una investigación independiente.
“El CPJ está profundamente indignado por otro letal ataque aéreo israelí contra periodistas, esta vez impactando un complejo que albergaba a 18 miembros de la prensa en el sur del Líbano”, expresó el director de programas de la organización, Carlos Martínez de la Serna.
Mientras que, en Khan Younis, al sur de Gaza, los ataques israelíes mataron ayer a 38 personas, incluidos 13 niños de una misma familia extensa, de acuerdo con funcionarios de salud palestinos.