Luego de meses de negociaciones, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acudió de último minuto al Congreso para ajustar casi a la mitad su plan de gasto social, al pasar de la apuesta inicial de tres billones de dólares a sólo 1.75 billones; lo que representa 40 por ciento de reducción.
Sin embargo, el cambio no garantiza que se alcance un consenso tan sólo entre su Partido Demócrata, pues se requieren los 50 votos de los representantes y en medio de esta turbulencia el mandatario viajó a Europa, con un ligero retraso por el evento fuera de agenda, en donde participará en la reunión del G-20, en Roma, y la Cumbre Climática, en Glasgow, a las que llegará con promesas, pero sin algo certero por la falta de respaldo de su partido al gasto social.
Antes de su vuelo, el demócrata empujó a quienes siguen dudosos de sus planes a garantizar el liderazgo del país, para encabezar una nueva lucha contra el calentamiento global, pues advirtió que sin una apuesta significativa en la materia el país seguirá cayendo en rankings internacionales frente a otras potencias, en referencia a los puestos perdidos durante la gestión polémica de Donald Trump.
Incluso, el mandatario refirió que no garantizar un consenso pone en riesgo que la presidencia y mayorías en el Senado y Cámara de Representantes, rumbo a las próximas elecciones, hecho que alertó podría ser catastrófico y agregó que el mundo pone los ojos en el país para ver si sus planes funcionan.
Durante la reunión con los congresistas, Biden urgió a respaldar esta nueva propuesta enfocada en programas sociales y la lucha climática, una de sus prioridades pues le asignó hasta 555 millones de dólares, lo que representa casi la tercera parte del monto total, para garantizar el cambio a energías verdes y limpias en el paquete de infraestructura.
Y afirmó “después de duras meditadas tenemos un marco que creo se puede aprobar (…) creo que tenemos un marco económico histórico”.
Asimismo, sostuvo que “nos va a ir bien” pues se trata de una inversión histórica al garantizar también fondos suficientes para continuar con la estrategia contra de la pandemia de Covid-19 y una amplia cobertura de Medicare junto a apoyo auditivo para adultos mayores, como parte de la postura demócrata de expandir la red de seguridad social en el país y brindar atención médica a domicilio, medidas con las que se comprometieron desde el gobierno de Barack Obama.
También resaltan la gratuidad en la educación preescolar para niños de entre tres y cuatro años de edad, impulso al empleo y hasta mejoras en el sistema migratorio, uno de los temas desafiantes en lo que va de su gestión.
Para llegar a esta nueva propuesta el mandatario sacrificó otras prioridades como la licencia familiar remunerada, gratuidad hasta la universidad —que impulsaba su esposa, la primera dama Jill Biden— y el planteamiento para reducir el costo de medicamentos de receta, como parte de su iniciativa para reforzar la ayuda a quien más la necesita como es la clase media o familias con bajos recursos, que enfrentaron una difícil situación económica con la pandemia. No obstante, podría sacar más recursos de los recurre de impuestos de la administración anterior.
Ante el cambio en el paquete, la Casa Blanca externó su confianza en el pronto aval a este proyecto económico para que Biden pueda impulsar estas acciones fuera del país aprovechando sus viajes, con la garantía de que en caso de alcanzar el empate con los republicanos la vicepresidenta Kamala Harris tendrá el voto decisivo para respaldar al mandatario. Por separado, la vocera, Jen Psaki, minimizó el viaje al asegurar que vía telefónica puede seguir presionando al Congreso.
En medio de esta situación, legisladores coincidieron que se requiere una nueva revisión para evaluar a detalle los cambios, esencialmente el tema del impuesto a los más ricos uno de los que más generó polémica, por imponer costos extra.
Incluso, el hombre más rico del mundo, el empresario Elon Musk y fundador de Tesla, puso en duda el plan al asegurar que al cobrar aranceles a los multimillonarios no generará un cambio significativo en la deuda del país y agregó que el verdadero problema es el gasto, por lo que exhortó en centrarse más en ese tema.
- El dato: Especialistas alertan que algunos de los programas sociales podrían estar en riesgo a futuro en caso de que los republicanos les arrebaten el control del Congreso a los demócratas.
srv