El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió un nueva vacuna anti-COVID-19 y la primera bivalente para combatir al virus original y a las nuevas variantes como Ómicron, una de las más contagiosas.
A casi dos meses de que la Administración de Alimentos y Medicamentos del país (FDA, por sus siglas en inglés) autorizara las dosis de refuerzo de Pfizer y Moderna, el demócrata dirigió un mensaje a la nación sobre la importancia de protegerse ante el SARS-CoV-2, posteriormente se arremangó la camisa y una enfermera la administró la inyección en un evento en vivo.
Dicha dosis, de la que no se especificó cual de las dos marcas fue, es la quinta que recibe como parte de su esquema anti-COVID-19 para reforzar su sistema inmunitario, lo que recuerda que en julio pasado el mandatario de 79 años contrajo el virus y registró un raro rebrote por el que seguía dando positivo aunque ya no tenía síntomas.
Biden aprovechó el refuerzo para exhortar a la población estadounidense a ir por esta nueva dosis disponible ante la cercanía del invierno, cuando aumenta la incidencia de enfermedades respiratorias, al recalcar “hago un llamado a todos los estadounidenses para que se vacunen lo antes posible”, a unos días de que la Casa Blanca revelara que sólo uno de cada cinco adultos mayores recibió al menos una vacuna contra el coronavirus.
Agregó que cada vacuna administrada es una herramienta con la que se reducen las muertes en el país, al recordar que en más de dos años de esta lucha en Estados Unidos fallecieron hasta un millón de ciudadanos.
Su llamado a la población en general busca evitar un aumento de contagios en el país, mientras expertos alertan sobre una “tripledemia” ante la posibilidad de que se registren contagios triples de COVID-19, influenza y virus sincital o VRS.
DGM