Al menos dos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) reforzaron sus fronteras con Bielorrusia ante una posible “provocación” del Grupo Wagner, exbrazo armado del régimen de Vladimir Putin que se exilió tras la fallida rebelión.
Pese a que los mercenarios y el Krem-lin rompieron lazos, gobiernos de la región no se confían y redoblan la vigilancia terrestre y aérea ante el temor de que la organización criminal liderada por Yevgeni Prigozhin se adentre en otras naciones como advirtió el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ante una posible excursión.
Frente a esta situación Polonia se declaró en alerta después de denunciar la violación aérea de helicópteros bielorrusos y advirtió de intentos de Moscú y Minsk “de numerosas intrigas para de-sestabilizar la frontera del flanco este”, con lo que anticipa que no sólo Ucrania y ellos estarían en la mira, ante intentos de sabotaje, lo que recuerda las constantes amenazas del régimen ruso de llevar este conflicto al escenario nuclear o hasta una Tercera Guerra Mundial.
Al respecto, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, llamó a no subestimar a los mercenarios instalados en Bielorrusia, que calculan ya rebasan los cuatro mil, pero enfatizó que sus fuerzas están preparadas para responder.
Y es que las dudas se ahondan ante el desconocimiento del tipo de lazo que mantiene ese sector con la nación que invadió y arrebató cuatro territorios a Ucrania en el último año. Lo que coincide con filtraciones rusas, pues medios de esa potencia aseguraron que varias empresas de Prigozhin mantienen contratos por hasta 21 millones de dólares con Moscú para el reparto de comida y otras actividades no detalladas.
En tanto, Lituania confirmó que redobló la seguridad en los límites con la nación de Lukashenko tras detectar que los integrantes de Wagner avanzan hacia posiciones cercanas.
Tras una reunión con Morawiecki, el presidente lituano, Gitanas Nauseda, adelantó que ya se analiza el envío de tropas del ejército a la región para garantizar la seguridad, lo que confirma las advertencias de Volodimir Zelenski de que Rusia atacaría más territorios.
Por separado, el Ministerio de Defensa de Rumania confirmó que investiga el ataque cerca de su frontera ante la presunta caída de restos de drones en su territorio luego de que éstos golpearon el puerto de Izmail, en Odesa. Según autoridades locales las aeronaves rusas cruzaron su frontera, por lo que ya buscan pistas en la escena para determinar si tal acto amerita una respuesta.
En medio de estas nuevas tensiones, los soldados defensores resisten ataques con artillería y también con drones al derribar hasta 15 artefactos no tripulados que presuntamente apuntaban contra la capital ucraniana.
Por lo que advierten que el invasor trata de empeorar el panorama para la nación invadida, pues no le bastó con el golpe al sistema alimentario del pasado 2 de agosto, pues ahora busca causar daños en las inmediaciones de la principal planta nuclear en la zona al minar el paso hacia Zaporiyia.
Sobre este tema Reuters reveló que en el frente de batalla usan nuevamente los cadáveres, tanto de combatientes aliados como de enemigos, para matar a más rivales al colocar debajo de éstos artefactos explosivos. Según testimonios de soldados, en la zona detectaron que algunos cuerpos parecían montados y al revisarlos identificaron que entre éstos había minas que al moverlos estallarían de inmediato para asesinar a quienes estuvieran en un radar cercano.