El régimen cubano prohibió con casi un mes de anticipación una protesta convocada por la oposición al calificarla como “provocación”, mientras que los disidentes mantienen el llamado a marchar contra el gobierno el próximo 15 de noviembre.
A sólo tres meses de la megaprotesta del #11J y por la que decenas de disidentes continúan detenidos, el gobierno negó el permiso para realizar esta actividad al sostener que se trata de un acto orquestado desde el exterior en busca de generar un cambio en el régimen, y señaló directamente a Estados Unidos.
En un comunicado sostuvo que son muy claros los vínculos con EU al señalar que esa nación financia a organizaciones subversivas para hacer creer que el pueblo quiere un cambio.
Previo a dar a conocer la respuesta a su petición, se reportó que decenas de organizadores fueron citados por funcionarios de las Asambleas Municipales para dar respuesta en torno a la movilización que fue cambiada de fecha, pues originalmente estaba prevista para el 20 al 15 de noviembre, pero el régimen lo declaró Día Nacional de la Defensa para obstaculizar a la oposición.
En tanto, los disidentes aseveraron que es derecho y se trata de un acto pacífico, por lo que rechazaron suspender la protesta. “El 15 de noviembre nuestra decisión será marchar cívica y pacíficamente”, externaron en redes sociales, aunque saben que ante la prohibición se arriesgan a una nueva oleada de arrestos ilegales.