Se resiste a reconocer triunfo

Bolsonaro despresuriza, pero justifica bloqueos

Aún no reconoce triunfo de Lula; acatará la constitución de Brasil, dice; atribuye protestas a la indignación

El mandatario Jair Bolsonaro camina hacia un atril, donde lo espera la prensa para ofrecer una conferencia.
El mandatario Jair Bolsonaro camina hacia un atril, donde lo espera la prensa para ofrecer una conferencia. Foto: AP

Casi 48 horas tardó el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en reaccionar públicamente al resultado electoral al aseverar que acatará la Constitución; sin embargo, no reconoció una derrota ni la victoria de su rival Luiz Inácio Lula da Silva, a quien ni siquiera mencionó.

Aunque votantes, aliados, oposición y el mundo entero esperaban un mensaje cauto, tras 400 cierres carreteros de simpatizantes, el líder se limitó en escasos minutos a admitir una sensación de que lo ocurrido el pasado 30 de octubre generó sentimientos indignación, con lo que justificó las protestas en varias entidades.

Sin hacer alusión directa a un fraude, el ultraderechista consideró que el resultado no fue justo, pues no logró la prometida reelección, pese a que 58 millones de personas votaron por él.

Y ante las cámaras y con el respaldo de ministros e integrantes del gobierno, se comprometió a respetar la ley al ratificar desde la residencia oficial: “Seguiré fiel a los mandatos de la Constitución”. Con ello dio paso a la transición, hecho que su gabinete adelantó un día antes al confirmar que, pese al silencio del ultraderechista, ya había contacto con el equipo del izquierdista, quien lo superó por más de dos millones de votos.

En su breve aparición tras dos días en los que rehuyó de la prensa, las redes sociales y hasta de sus ministros, quienes lo llamaban por teléfono, no habló de un fracaso e indicó que su compromiso es con Brasil, pues aún le quedan dos meses antes de dejar la presidencia de la nación sudamericana, lo que recuerda que previo a la primera vuelta aseveró que si el pueblo se decantaba por la oposición se alejaría de la política, aunque en su más reciente mensaje no dio señales de cuál será su futuro después de ser jefe de Estado.

Policías intentan liberar una zona tomada por simpatizantes del presidente.
Policías intentan liberar una zona tomada por simpatizantes del presidente. ı Foto: AP

Asimismo, el líder de 67 años reiteró que, pese a descalificaciones, pues lo han llamado antidemocrático, se mantuvo al margen de la ley y así seguirá. Hecho que representó el signo más evidente de que no pretendía aludir a un fraude, como anticipaban sus simpatizantes o temían disidentes y líderes del país.

Bolsonaro insistió en conferencia que es entendible la reacción del pueblo, pues los movimientos sociales que se han replicado en más de 10 entidades “son fruto de la indignación y sentimiento de injusticia”.

Y dijo que éstos deben ser pacíficos, pues recordó que “nuestros sueños están vivos”, lo que pareció un recordatorio para la próxima gestión, pues ésta gobernará con una mayoría opositora, gracias al resultado de la primera vuelta el pasado 2 de octubre. Agregó que los suyos no recurrirán a métodos de izquierda, en torno al daño al patrimonio o invasión de la propiedad privada, mientras cientos de simpatizantes quemaban llantas en varias regiones del país como Río de Janeiro, Sao Paulo y Mato Grosso.

Por separado, su jefe de gabinete, Ciro Nogueira, corroboró que no habrá alegatos de presuntas irregularidades al sostener tras la conferencia de Jair que no impugnarán el resultado en el que el derechista alcanzó 49.1 por ciento de los votos contra 50.9 de Lula y adelantó que esperan a que el Partido de los Trabajadores (PT) oficialice al futuro vicepresidente, Geraldo Alckmin, como encargado de la transición para abrir el intercambio.

Sin embargo, el mensaje del presidente no fue suficiente para calmar los ánimos y atenuar las protestas.

Camioneros queman llantas para obstruir carreteras en el país.
Camioneros queman llantas para obstruir carreteras en el país. ı Foto: AP

Previo a su discurso se mantenían 267 de las 400 contabilizadas por Policía Federal de Carreteras, según datos del diario brasileño O Globo, y horas después éstas se mantenían por arriba de las 200, pues los simpatizantes de Bolsonaro insistieron que no reconocerán el triunfo de Da Silva.

Incluso, no dieron signos de retirar sus protestas, pese a la advertencia de la Corte Suprema sudamericana de que irían a prisión o multarían con 380 mil pesos (100 mil reales) a quienes mantuvieron los bloqueos que atentan contra la soberanía nacional.

Y ante la falta de claridad de Bolsonaro, líderes de los poderes Judicial y Legislativo se comprometieron a garantizar una transición pacífica en favor de las instituciones de Brasil, pues consideraron que el discurso tardío no fue suficiente para que sus seguidores levantaran las movilizaciones.

Hasta el cierre de esta edición los bolsonaristas mantienen tomadas vías principales del país, afectando incluso vuelos por la falta de acceso a las instalaciones aéreas, y según medios locales algunos se trasladaron hasta instalaciones militares para exigir la intervención del ejército, pues sostenían que el ganador de la elección era Bolsonaro.

Unos más retaron a las autoridades con juego de si retiraban o no sus bloqueos.

Incluso no descartan más los operativos para lograr el desbloqueo total de Brasil, luego de que un juez federal instara a la Policía a frenar las acciones que alteran la tranquilidad, ante el temor de que se registren enfrentamientos entre simpatizantes de Bolsonaro y del sucesor electo.