Dina Boluarte, presidenta de Perú, se lanzó contra los disidentes que exigen su renuncia y advirtió que, pese a las críticas, defenderá la democracia hasta el fin de su gestión ante quienes sólo buscan pretextos para prolongar la convulsión social y cometer actos vandálicos; un mensaje directo contra miles de manifestantes que se dirigen a Lima.
A más de 40 días de la crisis en la nación, llamó a quienes persisten en redoblar las movilizaciones y los cierres carreteros a dejar de polarizar a la población, sin lograr detener los cánticos y pancartas desafiantes en las que aseguran que ella no los representa, pues reconocen únicamente como legítimo el gobierno de Pedro Castillo, detenido por conspiración contra el Estado.
Durante un mensaje con motivo de la apertura del Tribunal Constitucional, sentenció que los vándalos han demostrado que son unos cuantos los que están en contra de su gobierno con demandas como el adelanto de las elecciones, hecho que, aclaró, no la amedrenta ni las movilizaciones convocadas entre hoy y mañana en la capital ni chantajes, minimizando el riesgo de decenas de caravanas procedentes de Puno, Juliaca, Andahuaylas y otras regiones críticas por el nivel de violencia, lo que provocó hasta 96 bloqueos en más de 10 provincias, según la última actualización de la Defensoría del Pueblo.
Por ello, la jefa de Estado exhortó a todas las fuerzas políticas a sumarse a una estrategia de unidad para poner fin a las movilizaciones que sólo afectan la economía ya golpeada, en referencia a la parálisis en la entrega de suministros y los constantes cierres de carreteras y aeropuertos, pues argumentó que la única manera de dar rumbo a Perú es detener la violencia, la división y la anarquía que algunos mantienen desde el pasado 7 de diciembre, tras el fallido intento de golpe de Estado del exmandatario.
Quien fuera la número dos de Castillo Terrones agregó que cientos de manifestantes ignoran el Estado de excepción y los toques de queda para replicar los actos vandálicos, pues acusó que decenas de críticos usan como pretexto su negativa a convocar a una Asamblea Constituyente para extender las protestas indefinidamente, pero sentenció que no permitirá “más sangre” al admitir que algunos sectores son engañados para desafiar a su gobierno, sin adelantar un cambio en la estrategia ante las demandas de organizaciones internacionales de frenar la represión.
Sin apuntar al reclamo de justicia por las casi 50 víctimas letales a manos de la Policía, la mandataria aseveró que es labor de todos recuperar la estabilidad y dar la vuelta a la página y los escenarios de vandalismo o enfrentamientos, que no benefician a nadie.
Incluso, adelantó que está lista para recibir a manifestantes, siempre y cuando se conduzcan de manera pacífica y tranquila, pues sostuvo que en el país “el Estado de derecho no puede estar sujeto al capricho”, pero dichas condiciones no se cumplieron durante las rutas hacia Lima, pues se reportaron enfrentamientos cerca de la capital, lo que obligó a las Fuerzas Armadas a responder nuevamente con gases lacrimógeno para disuadir a algunas de las caravanas opositoras, entre ellas quienes llegan a bordo de autobuses y otros vehículos.
En medio de estos enfrentamientos, la fiscal, Patricia Benavides, recalcó que siguen las investigaciones para determinar quienes son los responsables de las muertes que han ocurrido desde diciembre pasado. Pese a las presiones, explicó que no apresurarán el caso, pues el objetivo no es resolverlo en el menor tiempo sino esclarecer todas las agresiones dentro de los plazos de la ley.
