El primer ministro británico, Boris Johnson, libró una moción de censura, impulsada por el partygate, a casi dos años de llegar al cargo; y aunque cantó victoria enfrenta un futuro incierto al abrir una profunda división en su partido.
Con una votación secreta de 211 contra 148, el mandatario superó el riesgo de ser removido mientras aumentan las críticas en su contra por violar las severas restricciones del confinamiento en los meses más duros de la pandemia de Covid, incluso dentro del Partido Conservador.
Y aunque resaltó que esa votación fue “extremadamente buena” al llamar a continuar la marcha, pues la mayoría de ayer le “permite avanzar, unirnos y enfocarnos”, su continuidad aún está en vilo, pues hasta 40 por ciento del Parlamento le quitó el apoyo, luego de que 54 conservadores —15 por ciento del total— envió la solicitud correspondiente al presidente del Comité de 1922, Graham Brady.
Además, rebeldes de su partido, quienes están inconformes con su gestión y su conducta en los meses más críticos de la oleada Covid, amagan con seguir empujando su destitución, impulsados por la renuncia del zar anticorrupción, John Penrose, quien solicitó a su líder separarse del cargo a unas semanas de que Scotland Yard concluyera en su informe que el primer ministro cayó en evidente “falta de liderazgo”, pues sus funcionarios replicaron sus irregularidades.
A la espera de una nueva investigación para determinar si quien ha justificado las reuniones los engañó sobre estos festejos, de los que no se hace responsable, pues sostiene que fueron encuentros laborales ya ofreció disculpas al gobierno y a la población, pero recalcan que aún es posible sacarlo del poder.
Dichas acciones recuerdan la salida de Theresa May, a quien Johnson sustituyó a mediados de 2019.
Cabe destacar que la funcionaria también sobrevivió a una primera votación en diciembre de 2018 con el respaldo de 200 parlamentarios, 11 menos que el actual primer ministro.
No obstante, las presiones continuaron y medio año después la impulsora del Brexit dejó el cargo al reconocer que el partido quedó severamente dañado por las diferencias lo que impediría avanzar, especialmente en medio de las pugnas por consolidar su separación de la Unión Europea (UE).
También destaca que Boris Johnson estuvo a 30 votos de despedirse del cargo y su partido no está satisfecho, pues éste se dividió por la situación, justo después de las celebraciones del Jubileo de Platino de la reina Isabel II, pues también consiguió el mayor número de votos en contra, casi 150, en comparación con los 117 que recibió su antecesora May.
En tanto, líderes advierten que mantenerlo en el cargo es promover una falsa creencia de que se puede infringir la ley sin que haya castigo, pues incumplir decenas de ocasiones las severas restricciones para realizar festejos en plena pandemia sólo le ameritó una multa de la Policía Metropolitana y una oleada de críticas, con lo que se anticipa que el gobierno pueda verse paralizado por la falta de consenso para respaldar sus planes.
Y ratificaron que con ello se dice a la ciudadanía que no se puede confiar en las instituciones, pues no hay políticos honestos, luego de que se exhibiera al del mayor cargo.
Al respecto, el primer ministro dejó en claro que sabe que hay un malestar en su contra y dijo que de momento no le interesa convocar a elecciones anticipadas; mientras que integrantes de su gabinete reconocieron que, aunque la votación fue “una victoria”, el proceso pudo ser “devastador”, y auguraron una difícil continuidad, tras perder la confianza por participar y organizar unas 16 fiestas incluso en la sede de Downing Street. Éstas permanecieron ocultas hasta que medios difundieron imágenes del mandatario bailando, con copa en mano y comiendo en grupos numerosos sin respetar las medidas sanitarias, como el aislamiento y el distanciamiento social.
- El dato: La moción o voto de confianza se suma a las crisis que enfrenta la nación europea por el alza de precio de los alimentos y de la energía, temas ligados a la guerra en Ucrania.
