Con manos y pies esposados y portando un chaleco antibalas de la Policía Nacional, el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández fue detenido en la puerta de su casa de Tegucigalpa tras la petición de extradición de Estados Unidos por narcotráfico y posesión de armas, lo que detonó celebraciones ciudadanas.
A menos de 24 horas de que se reportara una fuerte movilización policiaca afuera de su domicilio, los uniformados retornaron para arrestar a quien gobernó al país los últimos ocho años hasta el pasado 27 de enero, cuando asumió la presidencia Xiomara Castro, en un proceso que señalan fue acordado, pues el exmandatario aseguró en su último mensaje a través de su cuenta de Twi-tter, a las 05:44 horas de ayer, que estaba listo para “enfrentar esta situación y defenderme” en momentos que, admitió, no son fáciles.
En un proceso con total calma, pues él y sus abogados ya aguardaban el traslado, pese a una supuesta inmunidad como parlamentario centroamericano, el político que vestía pantalón de mezclilla, sudadera y gorra azul y también portaba cubrebocas por la pandemia de Covid salió de su domicilio para escuchar el motivo de su arresto, posteriormente varios de los oficiales le ayudaron a colocarse un chaleco blindado, para después esposarlo de piernas y brazos, unidos por una cadena, y llevarlo a un vehículo de seguridad para presentarlo ante un juez.
La caída del señalado por corrupción, identificado inicialmente por EU sólo como “político hondureño”, sacudió a un país que se reponía de un periodo de 12 años de corrupción, según la declaración de su sucesora hace unas semanas —quien hasta el cierre de esta edición no se pronunció en el tema—.
Su detención se da luego de estar en la mira de fiscalías estadounidenses desde el juicio de su hermano Antonio Tony Hernández por tráfico de drogas, soborno, posesión ilegal de armas y declaraciones falsas, quien finalmente fue sentenciado el año pasado en Nueva York.
De acuerdo con el expedienté que EU entregó a la Cancillería centroamericana, Hernández aprovechó su salto del Congreso al Ejecutivo para conspirar y transportar más de 500 mil kilogramos de cocaína desde Venezuela y Colombia, por Centroamérica y hasta EU vía terrestre, aérea y marítima durante los ocho años que estuvo en el mayor cargo del país.
En la lista destacan delitos por recibir sobornos de grupos del crimen organizado de varios países, recursos que usó para campañas políticas. Presuntamente el Cártel de Sinaloa le entregó a través de su hermano Tony hasta un millón de dólares. Durante el proceso contra Antonio, supuestos cómplices y testigos señalaron que en 2013, de cara a su reelección, solicitó una cuantiosa suma al grupo liderado en ese entonces por Joaquín
El Chapo Guzmán a cambio de seguridad para pasar su mercancía por la región durante su nuevo mandato.
- El dato: Una semana antes de que se revelara que el Gobierno de EU solicitó su extradición, el Departamento de Estado de ese país revocó su visa y le prohibió el ingreso a su territorio.
También se le imputan los delitos de fabricar y distribuir sustancias controladas, posesión de armas de fuego, entre éstas ametralladoras, así como ayudar o instigar el uso de éstas.
Tras la difusión de los videos del momento de su captura, decenas de ciudadanos salieron a las calles a celebrar el hecho histórico a menos de un mes de que dejara el cargo. Con vítores, ondeando banderas y hasta pancartas contra Hernández, la población acompañó la caravana que trasladó a Hernández al aplaudir que no habrá impunidad en su caso, pues confían más en las autoridades estadounidenses.
En tanto, en redes sociales usuarios resaltaron el tiempo que llevaban esperando ese momento y hasta señalaron que era por todas las víctimas en su gestión.
Ahora, el mandatario que calificó de mentiras los señalamientos de acusados por delitos similares espera a su audiencia, prevista para hoy, para definir su futuro y posible extradición aunque aún no se conoce quién es el magistrado designado por la Corte Suprema de Justicia que llevará el caso, pues no se reveló su identidad. Asimismo, se puntualizó que en lo que se concreta su entrega a EU permanecerá recluido en una base militar.
- DEBE COMPARECER ANTE UN JUEZ EN UN PLAZO DE 24 HORAS DESPUÉS DE SU ARRESTO
- QUE SE DEFINA SI ES O NO EXTRADITADO A LA NACIÓN QUE LO SOLICITA
- DEFENSA TENDRÍA3 DÍAS PARA APELAR EL FALLO ANTE INSTANCIAS LOCALES
- LA CORTEHONDUREÑA TIENE5 DÍAS PARA REVISAR EL CASO, RATIFICARLO O ANULARLO