El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció ayer el inicio de la deportación, a partir de la medianoche, de los migrantes y refugiados —muchos procedentes de Latinoamérica — que crucen a su territorio por puntos de entrada no oficiales luego de haber pasado por Estados Unidos. A cambio, se comprometió a recibir el próximo año a 15 mil migrantes del continente americano que busquen asilo por motivos humanitarios.
El primer ministro canadiense dio a conocer esta medida durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien visitó ayer Canadá para debatir una serie de temas económicos, comerciales y migratorios con su homólogo canadiense.
La nueva política indica que los solicitantes de asilo sin ciudadanía estadounidense o canadiense que sean atrapados dentro de los 14 días posteriores a cruzar cualquier lugar a lo largo de la frontera de 5 mil 061 kilómetros serán enviados de regreso, medida que incluye también a las personas que caminan por Roxham Road.
El acuerdo entró en vigor este sábado a las 00:01 horas y su rápida implementación responde a evitar una oleada de solicitantes de refugio que intentan cruzar, de acuerdo con funcionarios canadienses que hablaron con AP bajo la condición de anonimato por difundir el acuerdo.
De esta manera, se intenta resolver los problemas que ha experimentado el paso fronterizo de Roxham Road, entre la provincia de Quebec (Canadá) y el estado de Nueva York (Estados Unidos), por el que han entrado para pedir asilo en el país de la hoja de maple centenares de personas en los últimos meses.
El convenio se produce cuando la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos responde a un fuerte aumento en los cruces ilegales hacia el sur, a lo largo de la frontera canadiense. Casi todos ocurren en el norte de Nueva York y Vermont, en el tramo de más cercano a las dos ciudades más grandes de Canadá, Toronto y Montreal.
Tan sólo en el 2022, alrededor de 40 mil personas entraron a Canadá a través del cruce fronterizo de Roxham Road.