El ministerio de Urbanismo de Turquía estimó que alrededor de 50 mil edificios en el sureste del país sufrieron graves daños por los sismos del pasado 6 de febrero, motivo por el que deben ser derribados de inmediato. Además 11 mil construcciones tienen afectaciones moderadas, 99 mil leves y 180 mil no sufrieron ningún deterioro.
Más de siete mil expertos se encuentran investigando los deterioros en las 10 provincias afectadas y ya examinaron 387 mil edificios, que suman 1.8 millones de viviendas u oficinas, de acuerdo con un comunicado del ministerio retomado ayer por Infobae.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que el 98 por ciento de los edificios que colapsaron se construyeron antes de 1999; sin embargo, desde el Colegio de Arquitectos del país otomano se indicó que fue el mismo mandatario quien ordenó regularizar decenas de miles de construcciones realizadas sin licencia como parte de su estrategia para las elecciones del 2018.
Emin Koramaz, presidente de la Unión de Cámaras de Arquitectos e Ingenieros de Turquía, declaró a la agencia EFE que durante los 20 años del gobierno de Erdogan, se han producido ocho grandes legalizaciones de edificios “inseguros, podridos e ilegales” que habrían sido construidos y habitados sin las correspondientes licencias.
Las provincias que han resultado más afectadas son Gaziantep y Hatay, con cerca de 12 mil edificios gravemente dañados cada una; les sigue Kahramanmaras, lugar del epicentro, con casi 11 mil inmuebles destruidos.
Por su parte, el ministro del Interior, Suleyman Soylu, prometió que ningún lugar se iba a limpiar de escombros sin que previamente se tomaran pruebas del cascajo para determinar la calidad del hormigón o la estructura y poder deslindar responsabilidades en el futuro por posibles negligencias o fallos en la construcción.
El funcionario añadió que se han identificado hasta el momento 335 mil familias sobrevivientes del terremoto, a las que se les transferirá como primera ayuda la cantidad de 10 mil liras turcas (aproximadamente 530 dólares), que equivalen al salario mínimo en el país.
Mientras que su homólogo de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, agradeció a la comunidad internacional por su apoyo luego de los terremotos de la semana pasada.
El funcionario dijo que 76 países enviaron equipos de búsqueda y rescate para ayudar al personal turco a revisar los edificios derrumbados y 12 de los equipos extranjeros han regresado a casa después de completar sus misiones, de acuerdo con información de AP.
El ministro informó que 36 mil tiendas de campaña habían llegado a Turquía desde el extranjero para ayudar a albergar a las decenas de miles de personas que quedaron sin hogar y que otras 51 mil estaban en camino, junto con los contenedores que Qatar usó para albergar a los fanáticos durante la Copa del Mundo de futbol del año pasado.
Cavusoglu declaró que el gobierno otomano también estaba trabajando para garantizar que se satisfagan las “necesidades urgentes de vivienda” con la producción local de tiendas de campaña y contenedores que se utilizarían como refugio temporal.
Por su parte, Orhan Tatar, director general de Terremotos y Reducción de Riesgos de la Autoridad de Gestión de Desastres de Turquía, señaló que los terremotos produjeron un desplazamiento de aproximadamente 7.3 metros en el suelo y una enorme grieta de unos 400 kilómetros.
Los dos terremotos ocurrieron en cinco fallas y fueron seguidos por tres mil 900 réplicas, explicó, calificando el número como una cantidad “muy grave” e “inusual”.
Las réplicas significaron que las personas en las áreas afectadas podrían sentir temblores significativos cada 15 minutos, dijo el funcionario.
Tatar añadió que se tendrían que retirar miles de millones de metros cúbicos de escombros y advirtió que las fuertes nevadas en algunas áreas rurales estaban creando un riesgo de avalanchas.
Respecto a Siria, la presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja, Mirjana Spoljaric, dijo en un comunicado tras visitar el país que “las comunidades ya devastadas por los años de conflicto ahora están siendo empujadas más allá de sus límites” e hizo énfasis en la necesidad inmediata de agua limpia.
Asimismo, el ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, se reunió con el presidente sirio, Bashar al-Assad, en Damasco y prometió continuar la entrega de ayuda para el terremoto y trabajar para encontrar una solución política al conflicto de 12 años en Siria.
La visita de Safadi lo convierte en el primer funcionario jordano en hacerlo desde el inicio del conflicto en 2011 y marca un nuevo paso en la reducción de las tensiones entre los dos países y, en general, entre al-Assad y el mundo árabe.
El rey Abdullah II de Jordania llamó al presidente sirio la semana pasada para expresar su voluntad de enviar ayuda humanitaria. Desde entonces, aviones de carga y camiones cargados con asistencia del país vecino han llegado para ayudar en los esfuerzos de socorro.
Según un comunicado de la oficina de la presidencia, al-Assad agradeció a Jordania por su apoyo y le dijo a Safadi que el pueblo sirio “da la bienvenida a cualquier posición positiva hacia ellos, especialmente de los países árabes hermanos”.
Hasta el momento las cifras de víctimas fatales se mantienen en más de 35 mil en Turquía y cuatro mil 574 en Siria, que incluye más de tres mil 160 en las zonas del noroeste controladas por los opositores al gobierno de Bashar al-Assad.