La crisis por la que atraviesa China debido a los rebrotes de Covid-19 con la variante Ómicron empieza a reflejarse en las primeras muertes.
Apenas el lunes las autoridades de Shanghái reportaban los primeros tres decesos en la ciudad más poblada y rica de esa nación, cuando ayer se registraron otros siete fallecimientos, personas entre 60 y 101 años de edad.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Sanidad de China, además de Shanghái, las ciudades más afectadas son Jilin, Heilongjiang, Cantón y Jiangsu.
Si bien China tiene una tasa de vacunación general de alrededor del 90 por ciento, la baja tasa entre los ancianos sigue siendo motivo de preocupación. Solo el 62 por ciento de los residentes de Shanghái mayores de 60 años han sido vacunados, según los últimos datos disponibles.
Algunos expertos dicen que China necesita aumentar esa tasa antes de poder vivir con seguridad con el virus.
Debido a la grave situación por el repunte de infecciones, el sector económico empieza a resentir el confinamiento y varias fábricas han empezado a cerrar.
Según la Cámara de Comercio china, 57 por ciento de las empresas están paralizando algunas actividades tras el cierre de firmas en Shanghái; expertos prevén un golpe en la producción de semiconductores y en el sector de las computadoras