Mientras Rusia analiza la respuesta a sus condiciones, aliados de Ucrania chocan por la estrategia de reforzar a esas tropas ante el riesgo de una invasión, evidenciando una falta de unidad y estrategia conjunta, por lo que al menos dos países van por endurecer sanciones que impacten a firmas de interés del Kremlin.
Aunque la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) insistió que no hay intenciones de desplegar a soldados de esa alianza en la región, al recordar que ese país no forma parte de sus filas, Gran Bretaña analiza enviar a un equipo de soldados, al puntualizar que ya trasladó a 900 a Estonia, en los límites con la nación amenaza por la presión rusa, —a sólo unos días de llevar esta discusión al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)—.
El secretario general del organismo, Jens Stoltenberg, recalcó que el respaldo se mantiene con gran apoyo defensivo y de asistencia, hecho que continuará como hasta ahora. No obstante, consideró clave enfocar los esfuerzos en otras preocupaciones como la dependencia energética, al recordar como lo hizo Estados Unidos que Europa depende básicamente de un proveedor que es Rusia, lo que amenaza con dejar al continente sin gas si éste corta el suministro, ante las reiteradas advertencias de que el reforzamiento ucraniano socavará aún más la relación entre el Kremlin y Occidente, mientras Putin se burla de que la nación vecina no tiene la capacidad ni preparación para un conflicto armado.
“Nos estamos enfocando en brindar apoyo”, insistió Stoltenberg en torno al posible despliegue de hasta 40 mil de sus fuerzas en colaboración con el Gobierno de Volodimir Zelenski, como se adelantaba la semana pasada.
En contraste, el Gobierno británico dijo que alista múltiples acciones de respuesta y una de éstas contempla hasta el reforzamiento de soldados que ya brindan apoyo a Ucrania, pues el primer ministro, Boris Johnson, sostuvo que es imperativo enviar un mensaje claro al Kremlin, pues no pasarán por alto sus avances. Esta misma semana, dijo, podrían hacer movimientos en favor de su aliado como trasladar a decenas de militares o cargamento de armas ante el aumento de la hostilidad rusa.
Incluso, EU y GB han intensificado el plan de presión contra Vladimir Putin con el endurecimiento de restricciones y nuevas sanciones, mismas que consideran podrían aplicarse incluso antes de cualquier avanzada debido a que se trata de una amenaza real.
El Congreso estadounidense va por lo que ya denominan “la madre de todas las sanciones”, pues se trata de una batería de medidas que busca atacar las finanzas del territorio euroasiático, con severas restricciones contra bancos rusos, directo hacia la deuda y el fortalecimiento ucraniano, pues en una semana enviaron más de 100 toneladas de equipo, como misiles y armas, entre otros artículos.
Rusia debe continuar el compromiso diplomático y retirar a las fuerzas militares que acumuló en la frontera...Dmitro Kuleba<br>Ministro de Exteriores ucraniano
Líderes del sector legislativo admitieron que no hay garantías de que Rusia desescale la situación, al recordar que existen graves antecedentes como la anexión de Crimea en 2014, los recientes ataques cibernéticos presuntamente desde esa nación y reiterados intentos de socavar la gestión de Zelenski; por lo que analizan si tras su aprobación se pueden poner en marcha éstas antes de cualquier intrusión, contrario a lo que había manifestado el secretario de Estado, Antony Blinken, ratificando a Putin que no permitirán ninguna incursión.
En tanto, Gran Bretaña aseguró que más que una disuasión se requiere de firmeza para contener los intentos invasivos del Kremlin y no pueden dejar que siga creciendo esta situación. Al ser cuestionada por medios locales, la ministra de Exteriores, Elizabeth Truss, recordó que ya alistan cambios a la ley para ampliar las sanciones contra Rusia y, aunque ya se establecen varias posibilidades, no descartarán ninguna opción, pues aún está en el radar un plan con bloqueos económicos a activos en la región. Asimismo, adelantaron que Johnson sostendrá una conversación telefónica con Putin y Truss realizará dos viajes la próxima semana, uno para visitar Kiev y otro para dialogar con su homólogo, Serguéi Lavrov, en Moscú.
Con este panorama, Ucrania reiteró al gobierno vecino el llamado a retornar a sus efectivos para mostrar que sí hay una intención de reducir las tensiones, pues de lo contrario es claro que las negocaciones no tienen rumbo.
“Rusia debe continuar el compromiso diplomático y retirar a las fuerzas militares que acumuló a lo largo de la frontera y en los territorios ocupados de Ucrania”, aseveró el ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, en torno al aumento que llevó a contar con hasta 120 mil efectivos.
En tanto, Rusia demandó a la OTAN ser más clara en torno a sus intenciones en Europa, al cuestionar sus intenciones de reforzar la seguridad, por lo que el canciller Lavrov apuntó que “será una pregunta clave para determinar nuestras futuras respuestas”.
Incluso, el funcionario adelantó que buscan acuerdos legales, pues no se puede confiar en su palabra. Y agregó que son conscientes de que no se restablecerá la relación con EU, pero no desean que se fracture aún más.