Los alcaldes, las organizaciones empresariales y los líderes sindicales de Italia instaron el fin de semana al primer ministro Mario Draghi a reconsiderar su decisión de dimitir, advirtiendo que la estabilidad del país endeudado estaba en riesgo.
Los llamados se acumularon el domingo para persuadir al primer ministro de permanecer en el cargo en lugar de renunciar como intentó hacer la semana pasada, después de que un aliado le quitó su apoyo a la coalición.
Los alcaldes de 110 ciudades italianas, incluidas las 10 principales áreas metropolitanas, dijeron en una carta abierta que seguían los disturbios con “incredulidad y preocupación” y pidieron a todas las partes que mostraran responsabilidad. Líderes sindicales y los industriales, que a menudo tienen agendas opuestas, también se unieron para presionar a Draghi para que siga gobernando.
“Los alcaldes, que estamos llamados todos los días a gestionar y resolver los problemas que aquejan a nuestros ciudadanos, le pedimos a Mario Draghi que siga adelante y explique al parlamento las buenas razones por las que el gobierno debe continuar”, escribieron.
Italia y otras naciones europeas se enfrentan a elevados costos energéticos, una fuerte inflación, un aumento de los casos de Covid-19 y la guerra en Ucrania. Además, una severa sequía está afectando al país mediterráneo.
Para el domingo por la tarde, tres días después de que los senadores populistas del Movimiento 5 Estrellas boicotearon un voto de confianza vinculado a un proyecto de ley de alivio energético del gobierno, más de 80 mil ciudadanos habían firmado una petición en línea “Draghi quédate”, lanzada por el ex primer ministro Matteo Renzi.
“Movilicémonos de todas las formas posibles para traer de vuelta a Draghi al Palacio Chigi (la oficina del primer ministro)”, tuiteó Renzi.
Los alcaldes mencionaron los problemas de los ciudadanos comunes como algunas de las “buenas razones” por las que Draghi debería quedarse. Los mercados financieros consideran al exjefe del Banco Central Europeo como un pilar de una sólida gobernanza fiscal para Italia, que está recibiendo miles de millones en fondos de recuperación de la pandemia de la Unión Europea.
Su firme apoyo a Ucrania, incluido el envío de ayuda militar a pesar de las quejas de los populistas, le ha valido el estatus de estadista en Europa.
Giuseppe Conte, el predecesor de Draghi, quien desencadenó la crisis al hacer que sus legisladores del Movimiento 5 Estrellas se retiraran de la votación del Senado, se negó durante el fin de semana a prometer un apoyo inquebrantable al gobierno de unidad nacional de Draghi. Después de reunirse durante horas con su partido en disputa, Conte exigió que Draghi le diera al 5 Estrellas “condiciones de respeto garantizadas” y dijo que sus legisladores podrían votar “de vez en cuando” a favor de las medidas del gobierno.
El senador de 5 Estrellas Gianmauro Dell’Olio insistió el domingo en que si Draghi “quiere ofrecernos cacahuates, no creo que sea oportuno que sigamos con este gobierno”.
En última instancia, el presidente Sergio Mattarella, quien la semana pasada rechazó la renuncia de Draghi, debe decidir qué hacer si el miércoles el primer ministro insiste en renunciar.
Mattarella podría disolver el Parlamento, provocando elecciones anticipadas tan pronto como a fines de septiembre. También podría ver si hay apoyo político para que un gobierno de agenda limitada permanezca en el cargo hasta que los legisladores italianos aprueben el presupuesto nacional, necesario para fin de año.
Por su parte, Draghi no ha comentado al respecto. El primer ministro está refugiado en una casa de campo reflexionando sobre lo que le dirá al Parlamento el miércoles. El presidente Mattarella le dijo que expusiera la situación política ante los legisladores.
Una fuente en la oficina del primer ministro dijo que Draghi no se inclinaría ante ningún “ultimátum” y seguía decidido a renunciar.
Pero enfrentó presiones para cambiar de opinión en medio de advertencias de que Italia corría el riesgo de perder miles de millones de euros en fondos de recuperación pospandemia de la Unión Europea y tendría dificultades para contener los crecientes costos de la energía sin un gobierno en pleno funcionamiento.
Draghi asumió el cargo a principios de 2021 con la tarea de guiar a Italia durante la emergencia de Covid. Está previsto que la legislatura finalice a principios de 2023 y las encuestas de opinión sugieren que un bloque de partidos conservadores obtendrá una clara mayoría.
Dos de estos partidos, la Liga y Forza Italia, están en la coalición y la perspectiva de la victoria en las elecciones de otoño les da buenas razones para celebrar el colapso de la coalición.
Ambos grupos dicen que están dispuestos a permanecer en un gabinete de Draghi, pero sólo con la condición de que el Movimiento 5 Estrellas ya no esté en el gobierno, una demanda que Draghi ya descartó.