El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la propuesta de Estados Unidos de alto al fuego en Gaza, la primera resolución exitosa tras múltiples fracasos en ocho meses de guerra.
Con el sí de 14 miembros y la abstención de Rusia, escala la presión sobre Israel y Hamas para aceptar “sin demora” acabar con el sufrimiento palestino y liberar a más de 100 rehenes atrapados por la resistencia islámica como pidió Washington desde el 31 de mayo.
Según agencias, en la última semana el gobierno de Joe Biden afinó la propuesta de tres fases para el “fin duradero” de los embates, por los que van 36 mil muertos en la Franja, plan que respaldaron los países del grupo al reconocer que es la oportunidad de sellar un acuerdo.
La embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, dijo que los rebeldes tienen en sus manos el cambio que piden, mientras que Argelia agregó que es la alternativa ante “la matanza”, acto que ya había buscado, pero intentos previos fallaron por el veto de Washington al criticar que no se condene a Israel.
Pero Rusia externó dudas sobre las condiciones pactadas. Sin recurrir a la prohibición como miembro permanente, el diplomático del régimen ante la ONU, Vasili Nebenzia, admitió que hay más dudas que claridad sobre los lineamientos, no sin antes reiterar que Moscú aboga por remediar la crisis humanitaria.
Tras la votación, EU celebró el empuje a la iniciativa que responde a la masacre de miles y secuestro de 250 personas.
Y el presidente Biden retó a la organización terrorista a través de su cuenta de X: “Hamas dice que quiere un alto al fuego; este acuerdo es una oportunidad de demostrar que lo dice en serio”, acto con el que también respaldó al primer ministro aliado, Benjamin Netanyahu, quien acusa a Hamas de ganar tiempo.
Mensaje al que se sumó la embajadora Thomas-Greenfield al puntualizar que si los terroristas dan el sí ese mismo día podrían terminar los bombardeos que hasta ayer seguían en varias zonas de la Franja, según fuentes palestinas.
En respuesta, ese grupo se dijo satisfecho con el planteamiento de Washington, el cual descarta cambios territoriales o demográficos. Además el escrito elogia la relevancia de “unificar la Franja de Gaza con Cisjordania” y cumple con demandas que el rival hizo a Israel, como la retirada de sus tropas y el retorno de millones de desplazados a viviendas golpeadas por constantes bombardeos y ataques terrestres, destrucción que alcanzó refugios, escuelas y hospitales, según la Autoridad Palestina.
Pero Israel enfrío el clamor al rechazar que ayer aceptó un cese permanente.
La oficina del premier desmintió a Canal 12 al tachar de “mentira total” que acordara detener las ofensivas pese a que no se libere a todos los rehenes, pues Israel enfatizó que no cederá en sus objetivos. Y funcionarios insistieron que la apuesta es garantizar el retorno de todos los cautivos, acabar con la capacidad bélica de Hamas y garantizar que ése no será una amenaza para su pueblo ni retomará el poder en Palestina.
Mensaje que respaldó el embajador israelí ante el Consejo de Seguridad, Reut Shapir Ben Naftaly, quien dijo que su postura se mantiene para desmantelar a los yihadistas y abundó que su nación “no participará en negociaciones interminables y sin sentido”.
Lo que coincide con presuntos rumores de que Hamas ordenó a sus militantes matar a los secuestrados si las FDI se acercan a su ubicación, lo que evidencia que evitarán otro intento de rescate.
Previamente, EU movió sus fichas para acorralar y presionar a las partes en guerra, así como a otros actores involucrados, como los mediadores Egipto y Qatar, al instar a los últimos a usar su influencia para convencer a la resistencia islámica y apoyar la paz, durante la gira del secretario de Estado, Antony Blinken, por Medio Oriente, donde se reunió con Benjamin Netanyahu, su canciller, Israel Katz, y el líder egipcio, Abdelfatah Al-Sisi.