Miles de judíos y musulmanes se concentraron en sus templos y mezquitas en Jerusalén, pese a las tensiones y los choques entre fuerzas israelíes y supuestos combatientes y tras los bombardeos y atentados terroristas en plena Semana Santa.
Horas después de un bombardero del ejército de Benjamin Netanyahu contra fuerzas sirias, miles de feligreses se dieron cita en el Muro de los Lamentos con motivo del Domingo de Pascua o de Resurrección para orar; sin embargo, medios locales señalaron que entre la población religiosa se percibió incertidumbre por temor a que nuevos actos violentos opacaran sus celebraciones religiosas.
Y es que en su camino hacia la llamada Ciudad Vieja estuvieron custodiados por miles de policías que resguardan la zona ante posibles enfrentamientos por las tensiones de la última semana, luego de que el gobierno israelí culpó a terroristas de atentados graves e intento de bombarderos desde Líbano. Incluso, se reveló que se supervisó el paso de grupos no mayores a 30 personas, para evitar incidentes, pues hasta el momento la situación se mantiene con cierta paz, para no trasgredir a las religiones que convergen en este fin de semana.
A unos metros, pero del otro lado del muro, se congregaron musulmanes y palestinos en la mezquita Al-Aqsa, que en días previos fue la zona de enfrentamientos, luego de que el ejército israelí irrumpiera al menos en dos ocasiones para desalojar a supuestos combatientes, lo que provocó choques y decenas de detenidos.
Además, este domingo también se concentraron en la zona cristianos, principalmente turistas, para sus misas de Domingo de Pascua, pues este sector viaja cada año hasta el principal templo, hecho que este año se vio manchado por un atentado terrorista en el Valle del Jordán, cuyas víctimas fueron enterradas este domingo.
AM