Una investigación de corrupción tumbó al primer ministro de Portugal, António Costa, a días de cumplir ocho años en el Gobierno, pues éste admitió que una sospecha de este tipo no debe pesar contra tal cargo y por ello renunció.
“En estas circunstancias, obviamente, he presentado mi renuncia”, aseveró el líder socialista en un declaración televisada al sostener que de momento “no estoy acusado” ni sabe de qué hechos lo acusan, casi una hora después de que la Policía allanó su residencia oficial y que se reuniera con el presidente Marcelo Rebelo de Sousa.
Y es que el líder reaccionó ante la sorpresiva irrupción en busca de confiscar presuntas pruebas de tráfico de influencias y prevaricación, por favorecer actos ilegales bajo su gestión en torno a negocios y proyectos mineros de litio e hidrógeno así como una inversión millonaria para un megacentro de datos, con los que apostó por la transición energética en la región y hasta recibió un empuje de la Unión Europea (UE) de más de 30 millones de dólares.
Se reportó que personal de la Fiscalía y de la Policía también catearon más de 40 inmuebles como oficinas del palacio de Sao Bento y edificios de Gobierno en la capital del país, como los ministerios del Ambiente y de Infraestructura.
Además arrestaron a cinco personas involucradas en tales irregularidades, entre ellos su jefe de gabinete, Vítor Escária, el alcalde de Sines, Nuno Masca-renhas, en territorio en el que se transformaría una termoeléctrica.
Pero la Fiscalía va tras otros presuntos cómplices del político reconocido por su perfil negociador, por crear un Gobierno de izquierdas.
Medios locales informaron que hay otras órdenes de aprehensión y se citó a comparecer a funcionarios como el Ministro de Infraestructura, Joao Galamba, el presidente del Consejo Directivo de la Agencia Portuguesa del Ambiente, Nuno Lacasta, y el consejero y amigo de Costa Diogo Lacerda para esclarecer el entramado que incluye cargos de malversación y corrupción, a nivel activo y pasivo.
Sin embargo, quien reveló que desconocía que estaba en el radar de autoridades anticorrupción reiteró que su separación era lo mejor, pues “la dignidad del cargo no es compatible con ninguna sospecha”, en medio de su tercer mandato, mismo que ganó a inicios de 2022 cuando obtuvo el mayor balance desde que asumió el poder.
Y aclaró que confía en la justicia para corroborar su inocencia, pues sostuvo ante miles de personas que le dieron su voto para llegar a tal posición que tiene la conciencia tranquila y demostrará que nadie está por encima de la ley, mientras que la Corte Suprema abundó que investigará el papel de Costa en el presunto “desbloqueo de procedimientos”, como único órgano con ese poder.
Incluso, el ahora exlíder aseveró que cooperará con las autoridades y no buscará ningún cargo de elección popular en medio de este escándalo, ante las posibles elecciones anticipadas, luego de que se detallara que los únicos indicios en su contra son audios y señalamientos de personas involucradas que lo mencionan y hacen referencia a su cargo para negociar en la materia tras las concesiones mineras ahora sospechosas.
Por lo que Costa insistió que quitará las manchas que prevalecen en su contra, pues ni siquiera existe evidencia de posibles actos censurables, pero recalcó que no afectará la conducción del país y por ello descartó buscar otra posición en el Gobierno.
Al respecto, el presidente aceptó su dimisión y convocó a las fuerzas en el Parlamento a organizar nuevos comicios para resolver parte de la crisis y elegir al sucesor del socialista lo antes posible; sin embargo, aún no hay fecha para los comicios que implicarían la disolución del Congreso, amenaza que persigue a su vecino España ante la falta de mayoría para formar Gobierno.