Ucrania enfrenta reestructuración forzada por la salida de más de 10 líderes, por destituciones y renuncias, ante escándalos de corrupción, enriquecimiento ilícito, sobornos y hasta salidas prohibidas del territorio en plena Navidad.
El mandatario Volodimir Zelenski prometió atajar de manera decisiva, según medios locales, el escándalo que involucra a integrantes de su círculo cercano y de regiones clave para evitar que la sacudida impacte en el campo de batalla ante posibles debilitamientos, mientras sigue la entrega de armas y equipo especial, pues tras días de enérgicas presiones, Alemania accedió a entregar tanques Leonard 2 y abre la puerta a otros países.
A 335 días de que Rusia le declaró la guerra y mientras Kiev busca nuevos suministros, Zelenski tiene su propia lucha interna al sacar a aliados y gobernadores del poder en Kiev, Jerson y Zaporiyia al sostener que en Ucrania nada volverá a ser igual, pues ratificó la política de cero tolerancia ante los actos que investigan autoridades anticorrupción.
Pues dichas irregularidades, bajo investigación desde septiembre pasado según el medio Ukrainska Pravda, podrían ser usadas por el rival al justificar que en Ucrania prevalece la corrupción e impunidad, pues lo acusa de actuar contra su propia población, evidenciando que Kiev aprovechó la resistencia para incrementar su riqueza, pues se infiltraron hasta altas esferas del poder como advirtió antes de la guerra al cuestionar actos nazistas en territorios como Donetsk y Lugansk, que el Kremlin afirma que son suyos.
Dichos ceses, por decreto, y dimisiones fueron ocasionados por el destape de adquisiciones a sobreprecio de armas, sobornos y desvíos de recursos donados para la reconstrucción, lo que pone en la mira al Ministerio de Defensa, pues decenas de países ya pedían una rendición de cuentas en torno a esa ayuda.
Pero el mandatario y su ejército mostraron mano dura en su plan anticorrupción, para evitar que estos hechos les cuesten la victoria en una disputa que inició el año pasado, y así poner todas sus fichas en sus posiciones estratégicas, pues Zelenski advirtió que el ejército ruso alista una “venganza” en su contra.
Por separado, la Defensa, sector del que ya no forma parte el viceministro Viacheslav Shapolov, resaltó que los cambios son para recuperar la confianza, luego de que el diario local ZN.UA evidenció que mandos adquirieron a sobreprecio el alimento para los soldados en combate, como papa y huevos, pues presuntamente pagaron hasta tres veces más que el costo promedio para garantizarles insumos y uniformes, hecho por el que el Parlamento exige respuestas, mientras el gobierno admitió que podría tratarse de un “error”. Shapolov rechazó las acusaciones, pero optó por dejar el cargo para no manchar la reputación del sector y, hasta el momento, las autoridades no prevén cargos penales contra ellos, de acuerdo con algunos medios.
No obstante, ya alistan la designación de mandos regionales ante la salida de gobernadores y otros líderes en zonas críticas como la capital, dos regiones anexadas ilegalmente por el invasor, la reciente golpeada Dnipro y hasta Sumi, para evitar los avances del ejército enemigo.
Además, entre las renuncias, destaca la baja del jefe adjunto de la presidencia, Kirilo Timoshenko. Sin dar explicaciones dejó el gobierno entre el cúmulo de acusaciones por sobornos y gastos exorbitantes mientras enfrentan una severa guerra que ha costado la vida de miles de soldados y civiles inocentes.
Su separación se da a sólo unos días del arresto del viceministro de Infraestructura, Vasil Lozinski, acusado de recibir sobornos por 400 mil dólares, pues se evidenciaron irregularidades en la compra y reparto de generadores de electricidad tras los bombardeos contra infraestructura energética y anomalías en el uso del fondo de reconstrucción por la devastación provocada por Moscú. Mientras que el fiscal general adjunto, Oleksi Simonenko, también dejó el cargo voluntariamente luego de que se reveló que abandonó el país para tomar vacaciones en España en plena Navidad.
Este escenario coincide con el nuevo paso de Alemania, que cedió a las presiones al sostener que enviará y permitirá que otras naciones entreguen equipo fabricado en su territorio a Ucrania para reforzar a los defensores.
Y es que, pese al escándalo, el gobierno de Olaf Scholz dotará al ejército ucraniano tanques de producción local, según el diario alemán Der Spiegel, en medio de las presiones de varias naciones como Polonia, que amagó con un “aislamiento” a esa nación si no accedía a enviar más equipo a los ucranianos. Horas después, se confirmó que Estados Unidos también alista la entrega de equipo que se resistía a enviar a los militares en resistencia, pues según fuentes el Pentágono analiza traspasar tanques Abrams M1, aunque no se adelantaron fechas.