La organización de Derechos Humanos de Irán Human Rights reportó que al menos 92 personas han muerto en la ola de protestas desencadenadas en todo el país a raíz de la muerte de una joven kurdo-iraní, Mahsa Amini, detenida por la Policía de la Moral por no llevar bien puesto el velo.
A este recuento habría que sumarle las 41 muertes registradas a manos de las fuerzas de seguridad iraníes en los enfrentamientos que estallaron la semana pasada en la ciudad de Zahedan, en la provincia suroriental de Sistán-Baluchistán.
"La muerte de manifestantes en Irán, en particular en Zahedán, son crímenes contra la Humanidad. La comunidad internacional tiene el deber de investigar estos crímenes y evitar que la República Islámica cometan más crímenes"Mahmud Amiri-Moghaddam, director de Irán Human Rights
De acuerdo con la Irán Human Rights, la protesta en Zahedán fue provocada por las acusaciones contra un jefe de policía de la ciudad portuaria de Chabahar, también en la provincia de Sistán-Baluchistán, había violado a una niña de 15 años de la minoría suní baluch.
En total, 133 personas han muerto en el país desde el comienzo de esta ola de disturbios por la muerte de Amini, quien fue detenida el 13 de septiembre y falleció tres días después de caer en coma tras desmayarse en un centro de detención, en medio de denuncias sobre torturas y malos tratos.
La Policía de la Moral negó las acusaciones sobre torturas y malos tratos y el presidente iraní, Ebrahim Raisi, prometió una investigación por estos hechos, sin embargo, calificó como "inaceptables" las manifestaciones por la muerte de la joven de 22 años
DGM
