Frank James, el tirador que hirió a 10 personas durante un ataque en el Metro de Nueva York, Estados Unidos, fue sentenciado a cadena perpetua.
El juez William F. Kuntz lo condenó por 10 cargos de terrorismo y uno más por disparar más de 30 veces un arma en el transporte público, luego de que se hizo pasar por trabajador, lanzó varias bombas de humo a un vagón lleno en Sunset Park y luego atacó a los pasajeros, desatando pánico y terror en la ciudad aún traumatizada por atentados como los del 11 de septiembre de 2001.
Previo a la decisión, algunas víctimas de la agresión relataron ante tribunal lo que vivieron en abril del año pasado, mientras que otras enviaron cartas que se leyeron en voz alta.
“Estaba esperando con ansias despertar de este sueño, pero no era un sueño, me estaban disparando en ambas piernas”, leyó uno de los fiscales del caso a nombre de un estudiante de la Universidad de Nueva York que no fue identificado, según el diario
Washington Post al recordar que cada día lucha contra el miedo de que le hagan daño otra vez.
El detenido de 64 años evitó contacto visual con los testigos mientras lucía incómodo y se movía constantemente desde su asiento. En una declaración atribuyó sus acciones a la falta de servicios de salud mental al criticar ese sistema tras reiterar su culpabilidad por el tiroteo del año pasado.
En tanto, sus abogados pidieron una sentencia reducida de 18 años al argumentar que no pretendía matar a nadie, ya que padece una enfermedad grave, pero los fiscales objetaron al insistir en un peor castigo tras demostrar que James planeó cuidadosamente el tiroteo para “infligir el máximo daño”.