Luego de un debate de poco más de 20 horas, la Cámara de Diputados de Chile aprobó abrir un juicio político en busca de destituir al presidente Sebastián Piñera por presunta corrupción a menos de dos semanas de que se lleven a cabo elecciones en la nación.
Durante una larga jornada en la que el legislador Jaime Naranjo se apropió del micrófono la mitad del tiempo de discusión, la Cámara baja resolvió esta madrugada, con una apretada votación de 78 contra 67 y tres abstenciones, dar el siguiente paso y acusar al mandatario.
El caso por el que la Fiscalía abrió también una investigación se desprende de la venta irregular por hasta 152 millones de dólares de la minera Dominga a su amigo Carlos Délano en un paraíso fiscal, según el informe los Papeles de Pandora.
En respuesta, la defensa de Piñera, que encabeza el abogado Jorge Gálvez, calificó de “improcedente la acusación”; mientras que aliados del gobierno denunciaron que este juicio no busca una respuesta legal contra Piñera, quien concluye su gestión el próximo marzo, sino que se aprovecha del contexto electoral para armar “show”.
No obstante, la oposición justificó que es un mecanismo para poner fin a la impunidad, en especial cuando proviene del más alto cargo en el país, pues el Ejecutivo incurrió en faltas graves y puso en tela de juicio el honor del país.
Ahora la medida enfrenta una dura aduana, pues será el Senado —en donde requiere el respaldo de 29 de los 43 legisladores— el que definirá, como jurado, el futuro del mandatario que fue expuesto junto a otros líderes y empresarios a nivel mundial por acrecentar sus fortunas en naciones libres de impuestos.
Y en caso de ser hallado culpable se convertiría en el primer mandatario de los tres señalados, junto a Guillermo Lasso (Ecuador) y Luis Abinader (República Dominicana), en ser sancionado.