Estados Unidos reiteró a enemigos proiraníes que sufrirán las consecuencias de la provocación que dejó tres soldados muertos en una base militar en Jordania, pero aclaró “no buscamos otra guerra” frente a evidentes tensiones en Medio Oriente, al tiempo en que admiten fallas en el cuartel atacado.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, y el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, coincidieron en que serán contundentes, mientras crece la presión para concretar el contraataque que adelantó el presidente, Joe Biden, para disuadir a milicias proiraníes.
Y es que en las últimas horas republicanos aumentaron los llamados a enviar un mensaje firme a ese régimen y grupos aliados, por lo que Washington no descarta una ofensiva en territorio islámico como contra hutíes en Yemen en ante insistentes amenazas en el mar Rojo.
Al respecto, el general del Pentágono —quien reapareció tras problemas de salud por un cáncer de próstata— abundó en un encuentro con el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, que “no toleraremos ataques contra las fuerzas estadounidenses”, anticipando posibles movimientos de las fuerzas asentadas en la zona.
E insistió que defenderán a los suyos tras el dolor causado por un dron en la base Tower 22, cerca de la frontera con Siria. Acto que correspondió su aliado al condenar la agresión del pasado 27 de enero y respaldar los amagos de EU, pues reconoció el esfuerzo permanente a través de esa alianza para “defender y disuadir amenazas” ante nuevos peligros contra misiones y operaciones especiales en el extranjero, especialmente en focos rojos como Medio Oriente.
Por separado, Kirby reveló a la cadena CBS News que siguen evaluando alternativas ante el golpe que provocó un daño mayor porque la mayoría de sus tropas estaban dormidas, al citar reportes de la hora del incidente.
Nos lo tomamos muy en serio. No queremos una guerra más amplia con Irán (ni) una guerra más amplia en la regiónJohn Kirby, Vocero del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos
Añadió que la clave para lanzar la respuesta que adelantó el Ejecutivo como comandante en jefe del ejército es evitar una escalada, por lo que esperan a la decisión correcta para revertir la conducta desestabilizadora que promueve el Gobierno de Ebrahim Raisi, mientras se sigue actualizando el saldo de heridos, pues un día después del ataque letal agentes en el cuartel impactado reportan síntomas por conmoción cerebral o lesiones traumáticas.
El también coordinador de comunicaciones estratégicas sentenció que no avivarán las intenciones que impulsa a la distancia Irán, régimen al que acusan de financiar a extremistas como un eje paralelo a la guerra entre el ejército de Israel y los terroristas de Hamas.
Señalamiento del que se deslindó Teherán al tachar de “infundada” tal implicación y criticar los intentos de Occidente de expandir los enfrentamientos en Medio Oriente. Incluso, el ministro de Exteriores, Nasser Kanaani, fue más directo y acusó a EU de usarlos para “encubrir” sus problemas al rechazar que la resistencia Kataib Hezbolá, que se atribuyó el ataque, actuara bajo sus órdenes, según declaraciones difundidas por las agencias IRNA y Tasnim.
Un día después de notificar esta agresión el Departamento de Defensa identificó a los militares caídos: sargento William Rivers, de 46 años, y las especialistas Kennedy Sanders (23) y Breonna Moffett (24), quienes pertenecían a la 718 Compañía de Ingenieros, asentada en Georgia y quienes llevaban en sus filas entre 12 y cuatro años, respectivamente.
Y a la espera del despliegue —que podría incluir unidades KC-135 enviadas a última hora a Europa— fuentes de EU admitieron que yihadistas perpetraron el ataque apoyados por una confusión.
Según datos de Associated Press y Reuters las fuerzas estadounidenses no repelieron el dron al creer que se trataba de uno propio, pues al mismo tiempo sobrevolaban uno en la base. Ello evitó una reacción inmediata ante la invasión de la aeronave kamikaze que estalló cerca de los dormitorios, donde mató a tres reservistas de un total no identificado.
Esta situación expone una falla de seguridad, pues líderes de Defensa y hasta la prensa cuestionaron cómo es que ni los sistemas de inteligencia ni de seguridad lo detectaran, ya sea por el tipo de equipo o por la ruta que siguió.
Lo que a su vez abre sospechas de que los enemigos tomaron ventaja al conocer los movimientos en la zona por vigilancia previa, pero en Washington no descartan que el incidente fuera resultado de un error humano, sin apuntar a algún responsable, pues funcionarios reconocieron que al ser nocturno era más fácil generar ese tipo de confusión o que los terroristas pudieron salir beneficiados incluso sin planearlo así.