Aún sin cerrar la investigación por el avionazo en el que falleció Yevgeni Prigozhin, líder del Grupo Wagner, el Kremlin admitió que no se puede descartar un atentado.
Sin revelar nueva información sobre la indagatoria que asumió el Comité de Investigación ruso, el vocero de Vladimir Putin, Dmitri Peskov, reconoció que se analizan varias teorías en torno al desplome del Embraer en el que murió el presunto traidor.
Según declaraciones posteriores a su funeral el presunto accidente del comandante de los mercenarios pudo ser provocado con un derribo o una explosión, como señalan gobiernos extranjeros; sin embargo, no apuntó contra algún responsable en medio de las especulaciones que insisten que el ataque pudo ser ordenado por Moscú en represalia por la revuelta de junio pasado, el mayor golpe en la administración de Putin.
Por ello, instó a esperar las investigaciones, aunque las autoridades no han adelantado en cuánto tiempo tendrán un informe tras recuperar y analizar las cajas negras de la aeronave en la que fallecieron nueve personas más en Tver. Y agregó que no hay ninguna investigación internacional en la materia, pues sólo ellos cuentan con el material recuperado en la escena, pese a que el avión fue fabricado en otro país.
A la par de estos hechos, Peskov guardó silencio sobre el funeral de Prigozhin ni para desmentir al diario Moscow Times. El periódico ruso filtró que la orden de realizar un entierro privado casi en secreto vino desde el Kremlin, pues el objetivo era quitar los reflectores sobre éste. No querían un trato especial para quien se levantó en armas contra el ejército ruso, con lo que admiten que ya no era un héroe que luchó contra un Estado nazi en Ucrania, sino un líder que les dio la espalda, en referencia al fallido golpe de Estado de junio pasado.