El día en que el presidente Donald Trump robaba los titulares de los medios noticiosos, en un intento de reflejar una imagen consoladora y de cobijo a víctimas de los tiroteos del fin de semana, autoridades migratorias de Estados Unidos arrestaron a 680 trabajadores indocumentados después de realizar redadas en siete plantas procesadoras de alimentos de Mississippi .
Las detenciones de migrantes sucedieron un día antes de que el presidente Donald Trump se dirigiera a las ciudades de Dayton y El Paso, para visitar a las víctimas de los tiroteos.
El director interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), Matthew Albence, reportó que el saldo de arrestos podría significar el mayor operativo en sitios laborales, en al menos una década, y probablemente el más grande de la historia en un solo estado.
Autoridades señalaron que unos 600 agentes inspeccionaron las plantas —casi un uniformado por inmigrante fichado— y rodearon los perímetros para evitar que trabajadores escaparan, por lo que los agentes se concentraron en varias compañías.
Las redadas se realizaron en pequeñas localidades cerca de la ciudad de Jackson, cuya fuerza laboral está conformada principalmente por inmigrantes latinos. Los operativos se llevaron a cabo en comunidades como Bay Springs, Carthage, Canton, Morton, Pelahatchie y Sebastapol.
Más de dos mil migrantes que permanecen en Estados Unidos sin autorización, fueron los objetivos de las redadas ampliamente publicitadas que se desarrollaron en todo el país desde la primera semana de julio. Pero las cifras que el gobierno proporcionó al inicio de estos operativos, mostraron que sólo 35 personas fueron detenidas durante la operación.
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El presidente Donald Trump promocionó las redadas como una demostración de fuerza en medio de la afluencia de familias centroamericanas, a través de la frontera con México. Después de posponer las redadas en junio, decretó su reanudación.
El anuncio público que se adelantó sobre el regreso de esta medida hizo que en julio pasado muchos de los inmigrantes, que eran el blanco de la operación —unas 2 mil 105 personas en más de una docena de ciudades que habían recibido órdenes de deportación definitivas, pero que no se habían reportado con los agentes de Inmigración y Control de Aduanas— abandonaran sus hogares de manera temporal o se mudaron para evitar el arresto. El aviso anticipado de Trump, en esas fechas, también dio tiempo a defensores de personas inmigrantes a aconsejar a las familias sobre sus derechos, que incluyen no abrir la puerta o responder preguntas.
En redes sociales, los grupos comunitarios compartieron información detallada sobre cómo debía manejarse la llegada de agentes de inmigración.
Ante los hechos, el Consulado mexicano en Nueva Orleans activó un grupo de respuesta y entró en contacto con la oficina de Aduanas de EU, para solicitar la lista de personas detenidas.
En su cuenta de Twitter anunció que para los mexicanos que son padres de familia y que resultaran afectados en la redada, ubicaría a familiares de confianza para que pudieran hacerse cargo de los menores. Además, ofreció números de emergencia para reportar cualquier abuso.
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