En plena lucha contra las pandillas, El Salvador condenó a 14 años de prisión al expresidente Mauricio Funes, por pactar con esas organizaciones.
Pese a la ausencia de quien lleva seis años bajo la protección del régimen nicaragüense, un tribunal exhibió la tregua de éste con la Mara Salvatrucha y Barrio 19, en su plan por acabar con el crimen.
Según pruebas de la Fiscalía, entre testimonios y documentos hace más de una década negoció con los criminales para bajar la tasa de homicidios, a cambio protegió y cuidó a estos grupos, tanto presos como en libertad.
Entre los beneficios destacan reuniones, visitas ilegales de mujeres a penales —corroborado por guardias que dijeron que la orden provenía del Ejecutivo— y hacerse de la vista gorda en sus zonas de control, al reducir la presencia policial.
Con ello, el tribunal imputó por asociación ilícita e incumplimiento de deberes al político de 63 años, delitos por los que recibió penas de ocho y seis años, respectivamente.
Posteriormente, El Salvador fijó una sentencia mayor contra el exministro de Seguridad David Munguía, al sumar a su expediente actos arbitrarios, lo que superó por cuatro años la pena de Funes.
Tras la decisión, la gestión actual aplaudió el castigo a quienes se creían “intocables”; pero el presidente Nayib Bukele no se pronunció sobre la medida.