Las inconsistencias sobre la respuesta al tiroteo en la Escuela Primaria Robb de Uvalde, Texas, tiene en la mira la actuación policial, pues las autoridades corrigieron las primeras versiones en torno a la masacre en la que Salvador Ramos mató a 19 niños y dos maestras.
Luego de asegurar que el atacante hirió a dos oficiales antes de entrar a la escuela, el director regional del Departamento de Seguridad Pública, Victor Escalon, desmintió el dato al señalar que la confrontación ocurrió después y que el joven de 18 años ingresó sin impedimentos después de chocar contra el campus.
Mientras tratan de dar claridad a la cronología de la tragedia, el funcionario dijo que Ramos entró con total libertad a las instalaciones a través de una puerta sin cerradura ni candados.
Sus declaraciones ponen en duda la información expuesta en los primeros días, especialmente ante el enojo de las familias de las víctimas, quienes insisten que los oficiales tardaron entre 40 minutos y una hora para entrar a intentar detener la matanza, lo que a su juicio evidencia falta de preparación e inoperancia.
Escalon recalcó que atendieron el caso lo más rápido posible y que cuatro minutos después de llegar —sin especificar cuánto tardaron—, los primeros respondientes ingresaron, pero tuvieron que retroceder cuando el tirador fuertemente armado les disparó. Y fue ahí cuando hirió a dos uniformados, pero casi de inmediato lograron entrar y lo abatieron, reveló por separado el director de Departamento, Steven McCraw.
Sin embargo, ello no calmó los reclamos de quienes acusaron la tardanza en la escuela, pues la cronología que dan las autoridades no coincide con el tiempo que el atacante estuvo en el campus y se atrincheró en un salón de cuarto grado, pues ellos estuvieron ahí.
Al respecto, el jefe de la Patrulla Fronteriza, Raúl Ortiz, respaldó el accionar de los oficiales, pues recalcó que ante estos casos violentos la prioridad es “actuar con rapidez” y, pese al caos desatado, eso fue lo que hicieron.
En respuesta, Javier Cazares, quien perdió a su hija Jaklyn en la masacre, sostuvo que sí hubo retrasos y relató a AP que la Policía esperó hasta 20 minutos a los equipos tácticos con escudos, mientras afuera decenas de padres conmocionados y vecinos exigían entrar.
Incluso, ante la nula acción algunos testigos atravesaron la zona acordonada lo que provocó altercados y que oficiales los sometieran, incluso en el suelo, para evitar una tragedia mayor, cuando éstos exigían a los uniformados “entren, entren” para salvar a los pequeños y para cuando ingresaron Ramos ya había matado a los niños.
En videos compartidos en redes sociales se ve a los padres que suplican a policías que los dejen entrar, sin respuesta.
En tanto, siguen las investigaciones sobre el móvil, ante lo que la madre del agresor, Adriana Reyes, admitió que su hijo podía ser agresivo cuando se enojaba, pero “no un monstruo”, pues nunca pensó que cometería un acto así. Esto mientras aumenta la tragedia con nuevas revelaciones de las familias afectadas como el caso de Ángel Garza, quien ayudó a una pequeña en shock que sólo repetía “mataron a mi mejor amiga”, que resultó ser su hija Ameerie, mientras que la familia de una de las maestras asesinadas informó que a dos días de la masacre y ante “el dolor” de perder a Irma García su esposo falleció de un paro cardiaco.
Y en el país siguen las pugnas por un control de armas, en donde integrantes de grupos en favor de legislar sobre la verificación de antecedentes para adquirir un arma protestaron frente al Capitolio.
Con pancartas y consignas para acabar con esta violencia, exigieron hacer más como lo ha dicho el presidente Joe Biden. A la movilización se sumaron legisladores demócratas, quienes enfatizaron que son los republicanos los que obstaculizan los cambios al defender la Segunda Enmienda.
Y el mismo día, republicanos bloquearon en el Senado el proyecto de ley de Prevención del Terrorismo Doméstico para actuar en torno a tiroteos masivos, mismo que se impulsó desde el tiroteo en el que fallecieron 10 personas en un supermercado de Buffalo, ligado a una ideología de supremacismo blanco.
Con un voto de 47 contra 47, los demócratas se quedaron lejos de dar el primer paso en la materia, pues los del Partido Republicano sostienen que el presidente tiene la autoridad para responder a ese extremismo y advierten que sólo pretenden imponer restricciones a las armas.
Al respecto, el líder de la mayoría en el recinto, Chuck Schumer, admitió que no se hacen ilusiones, pues saben que no hay un camino fácil para lograr los ajustes necesarios.
No obstante, los republicanos se abrieron a negociar para alcanzar un acuerdo bipartidista, siempre y cuando sólo apunte a la creciente violencia armada, como normas de “bandera roja”, y no al control de armas, pues descartan discutir el tema cuando sigue en pie la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), organización que ha pedido hacer más énfasis en antecedentes de salud mental que en control de armas, pues insisten que ese sector es el de mayor peligro.
Luego del fracaso para sacar esta ley, el líder de la minoría, Mitch McConnell, dijo que están dispuestos a debatir para alcanzar una solución, pero reiteró que sólo permitirán hablar de temas que estén “directamente relacionados con las horribles masacres”.
Tiroteo en Texas: Ebrard reapunta contra armeros
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, indicó ayer que, hasta ese momento, no se habían reportado mexicanos entre las víctimas mortales tras el tiroteo ocurrido en la escuela primaria Robb, en Uvalde, Texas.
“Y aunque no tenemos connacionales todavía confirmados entre los fallecidos, pues como… son fallecidos, yo creo, de toda la humanidad”, dijo, al señalar que es una comunidad integrada por familias de origen mexicano, principalmente.
El canciller apuntó que se espera mayor información de las autoridades estadounidenses para saber si entre los heridos hay connacionales.
En conferencia de prensa, en el marco de la quinta reunión del Consejo de Asociación del Acuerdo de Asociación Estratégica (AAE) México-Argentina, junto al ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina, Santiago Cafiero, Ebrard condenó la tragedia y aseguró que nuestro país está atento para brindar el apoyo a quien lo requiera.
Agregó que, en esta tragedia, se vio algo que nunca se piensa ver en la vida: que a un joven de 18 años se le venda un arma de asalto, un hecho que conduce a este tipo de tragedias.
“Es una tragedia inmensa, estamos profundamente entristecidos con lo que hemos visto”, señaló el canciller.
En cuanto a la demanda que presentó el Gobierno de México en contra de empresas estadounidenses fabricantes de armas, Ebrard Casaubón aseguró que se va a seguir adelante con eso.
“Y por supuesto que vamos a seguir adelante con la demanda que presentamos, que esencialmente habla de… y ahí concluyo porque no es el objetivo propiamente de la conferencia, habla de la negligencia de estas empresas”, dijo.
Detalló que, por ejemplo, la empresa que produce los fusiles de asalto AR-15 hace propaganda de sus armas con gente muy joven, como se puede observar en su página de internet, lo que representa una manifiesta negligencia de parte de esta industria, por lo que reiteró que no se va a quitar el dedo del renglón.
Cafiero también condenó lo ocurrido y señaló que es algo que nos debe interpelar a todos, porque son muertos de todo el mundo y no hay forma de escapar de un horror como ése.
“No hay forma de escaparle a ese horror; y solamente acompañar en el dolor a los familiares, amigos de un pueblo que todavía sigue conmovido naturalmente”, dijo el diplomático argentino.
Reiteró la necesidad de dar respuestas más concretas en este caso, tras señalar que los discursos de odio siembran odio.
“Y cuando sembrás odio, cosechás odiadores, y eso hay que entenderlo. Las dinámicas, escaladas, las dinámicas que muchas veces las escaladas proponen, pierden de vista las consecuencias y esto está sucediendo”, comentó.
El martes 24 de mayo, Salvador Ramos, de 18 años, irrumpió en su antigua escuela en Uvalde, Texas, y disparó con un rifle y una pistola en contra de maestros y alumnos, lo que dejó un saldo de 19 niños y dos profesores muertos.
Ramos, de nacionalidad estadounidense y origen latino, momentos antes había disparado a su abuela, quien se encuentra hospitalizada.
