La historia cambió dramáticamente tras un apagón en el conteo rápido de las elecciones presidenciales de Bolivia. Antes de eso, con 84 por ciento de actas verificadas, Evo Morales, quien aspira a su cuarto mandato, lograba una ligera victoria sobre su oponente, Carlos Mesa; pero después de 21 horas sin flujo de información en el programa de resultados preliminares, el registro se reanudó, ahora con una ventaja irreversible para el líder indígena.
De acuerdo con el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, el mandatario mostraba una ventaja de casi 10 puntos, después de que el domingo por la noche todo apuntaba a una segunda vuelta, pues Morales no reunía la mayoría necesaria.
Ante los resultados, opositores al presidente quemaron el Tribunal Electoral en la sureña ciudad de Sucre, en medio de la creciente tensión.
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Manuel González, jefe de la misión de observadores de la Organización de los Estados Americanos, manifestó “su profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas”.
Con más de 95 por ciento de las actas verificadas tras la reanudación del sistema, los números daban 46.41 por ciento de votos a Morales y 37.07 a Mesa.
Mientras, las protestas se multiplicaban en el país, particularmente afuera de los centros de cómputo electoral, ante lo que consideraron fraude.
En Santa Cruz, un sector opositor, Mesa convocó a ciudadanos y organizaciones civiles “para llevar adelante una batalla en defensa del voto. Vamos a convocar a cabildos y paros; no nos pueden arrebatar la democracia”, dijo Mesa rodeado de sus partidarios, ayer.
La interrupción del conteo, cerca de las 20 horas del domingo, despertó sospechas. Primero, observadores de la OEA alertaron sobre la interrupción de la transmisión de los resultados preliminares y pidieron que el “proceso de publicación se desarrollara de manera fluida”.
La presidenta del Tribunal Superior Electoral, María Eugenia Choque, argumentó que la interrupción del conteo rápido se dio para evitar “confusiones” con los cómputos oficiales finales.
En La Paz y en Potosí ciudadanos denunciaron supuestas cajas con papeletas en domicilios particulares.
“Es un escenario complicado para el gobierno, no van a dejar gobernar a Morales. Varias regiones han anticipado que llamarán a la desobediencia. La gente cree que hay fraude y eso nos pone en un escenario de confrontación”, expresó el analista y profesor universitario Jorge Dulón, consultado por la agencia AP.
Durante el lunes, la página web del Órgano Electoral Plurinacional reflejó contradicciones en el conteo. Según sus cifras, la transmisión de actas favorece a Evo Morales, mientras que el cómputo oficial a Carlos Mesa.
En votos computados válidos, Mesa obtiene 42.55 por ciento y Evo Morales 42.14, por ciento, el resultado no entrega la victoria a ninguno, pero sí obliga a un desempate en segunda vuelta.
De manera paralela, el expresidente y candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, pidió la reanudación del conteo electoral y dijo que “todos los datos independientes confirman no puede cuestionarse la segunda vuelta”.
A nivel internacional, la cancillería de Brasil escribió en Twitter que esperaba que “el proceso de verificación continúe dentro de las reglas establecidas, con transparencia y equidad”.
El gobierno nunca reconoció una segunda vuelta. Morales se declaró ganador desde el domingo, mientras su contrincante pidió “estar alertas” para que el recuento se reiniciara sin manipulación.
El ministro de Comunicación boliviano, Manuel Canelas, comentó ayer que Morales “ganó y es la primera fuerza”.
El Dato: Para llevarse la primera vuelta, un candidato debe obtener 50% más un voto o ganar una diferencia de 10 puntos frente al segundo lugar.
“Esperemos que esa victoria se consolide en los cómputos”, añadió.
Tanto Canelas como el canciller Diego Parí dijeron que lo que cuenta “es el cómputo oficial de las actas” y calificaron de “apresurada” la postura de Mesa.
Evo Morales es el único presidente izquierdista en Sudamérica. Sus pares, elegidos en años recientes, son conservadores. El mandatario tuvo la elección más cerrada de su carrera tras casi 14 años.