Entre la sexta y la séptima audiencia del comité investigador del asalto al Capitolio, el expresidente Donald Trump intentó contactar a testigos presuntamente para influir en la investigación, acusó la vicepresidenta del grupo, Liz Cheney.
Mientras legisladores buscan evidencia de la planeación que hubo para provocar el caos en el Congreso, pues sostienen que el magnate orquestó con anticipación la violencia a sabiendas de que sus simpatizantes eran en su mayoría extremistas, advirtió que no permitirá que el republicano mueva sus fichas para inclinar los testimonios en su favor.
Ante esta situación, Cheney indicó que el Departamento de Justicia, que realiza una indagatoria paralela, ya fue informado sobre estos intentos del exmandatario.
Sin entrar en detalles sobre la identidad del testigo para no exponerlo, se indicó que el exmandatario intentó contactar vía telefónica a una persona antes de que ésta declarara.
Según la información del comité la persona afectada no respondió a la llamada; sin embargo, el magnate recurrió a un tercero para ejercer presión y pedir a quien no ha sido identificado “jugar” en favor del mandatario, luego de las reveladoras declaraciones de la exasistente de la Casa Blanca Cassidy Hutchinson, quien presuntamente también recibió un mensaje para alterar su testimonio.
Además, el Comité sostiene que no hay dudas de que Trump sabía lo que hacía al incitar a sus simpatizantes, en su mayoría extremistas violentos e integrantes de grupos radicales como Oath Keepers. Incluso algunos de los acusados por los disturbios en el Capitolio admitieron, bajo juramento, que siguieron las órdenes del entonces mandatario, en referencia a los tuits lanzados en las semanas previas, ante lo que Cheney refirió que Trump es un adulto de más de 70 años que debe asumir su responsabilidad ante tales hechos, por lo que no aceptarán ninguna justificación de que se dejó engañar fácilmente, en caso de que intente culpar a otros sobre la violencia.
Esta postura fue reforzada con los planes desvelados durante una reunión que describen como “desquiciada” a finales de diciembre en el Despacho Oval. En la cita del 18 de diciembre del 2020, un mes después de la elección, presuntamente adelantó estrategias “locas” y “desesperadas” para anular su derrota electoral ante Biden.
Y un día después evidenció sus planes al afirmar en su cuenta de Twitter que anticipaba un 6 de enero “salvaje”, adelantando lo que harían sus seguidores y lo que el Congreso describe como “un canto de sirenas para esa gente (extremistas)”, pese a que varios asesores le recomendaron aceptar la derrota en su intento de reelección.
En dicha reunión participó el exasesor de la Casa Blanca Pat Cipollone, quien probablemente será presentado en la próxima audiencia pública.
- El dato: Dos integrantes del Servicio Secreto adelantaron la posibilidad de declarar públicamente para desmentir las acusaciones hechas por Cassidy Hutchinson en torno a una pelea.