A menos de un mes de ir de nuevo a elecciones, Ecuador decretó un estado de excepción en todas las cárceles del país por un plazo de 60 días, tal como lo hizo en algunas provincias un día antes tras el crimen de un alcalde.
Con esta acción, el mandatario Guillermo Lasso hace un nuevo intento por recuperar el control del sistema penitenciario, su principal desafío desde que asumió el gobierno.
Y advirtió a los criminales que en esta lucha “jamás se doblegará”, en medio de los nuevos motines, huelgas de reos y hasta la retención ilegal de guardias de seguridad en varios penales.
En tanto, el Ministerio del Interior confirmó que la riña al interior de la cárcel de Guayaquil dejó 18 internos muertos y 11 heridos, pese a que éstos estaban separados por grupos criminales; lamentablemente el saldo es parcial, pues no descartan hallar más víctimas. El ejército ya asumió el control, pero aún no tiene acceso a todos los pabellones.
Y avanza la contención contra los criminales al asegurar en las celdas fusiles, pistolas, cientos de municiones, celulares, drogas y hasta una moto, según un informe del ministro Juan Zapata.
Pero la violencia no cesa, pues agencias y medios locales documentaron que en los últimos días la región también enfrentó un ataque con artefacto incendiario cerca de la Fiscalía de Esmeraldas, así como amenazas contra centros de distribución de combustible y la quema de vehículos en varias regiones.