El Ejército de Estados Unidos anunció este miércoles que comenzarán a separar de inmediato de sus puestos de servicio a soldados que rechacen ser vacunados contra COVID-19.
Mediante un comunicado, informaron que los comandantes deben iniciar los procedimientos de separación administrativa involuntaria, lo más rápido posible, en contra de cualquier soldado que haya rechazado la orden de inmunizarse.
Esta orden aplicará tanto para soldados en activo como para la reserva del Ejército, además de los cadetes de la Academia Militar de los Estados Unidos (USMA).
“La preparación del ejército depende de los soldados que estén listos para entrenar, desplegar, pelear y ganar las guerras de nuestra nación”, sentenció la secretaria del Ejército, Christine E. Wormuth, y agregó que los soldados no vacunados “representan un riesgo para la fuerza y ponen en peligro la preparación”.
Los elementos separados del servicio no serán elegibles para el pago de separación voluntaria, y pueden estar sujetos a la recuperación de cualquier pago especial o de incentivo no devengado.
La medida no aplicará para los militares que hayan solicitado una exención por razones médicas o religiosas, al menos mientras se revisan sus solicitudes.
Aquellos que rechacen la vacuna pueden evitar la separación involuntaria si solicitan una renuncia incondicional dentro de los 30 días siguientes a la directiva, además de anunciar que se separan voluntariamente, antes del 1 de julio de 2022.
Quienes tengan programado su retiro antes del 1 de julio también están exentos.
CEHR
