Israel reanudó con intensidad los bombardeos contra bastiones de Hezbolá en Líbano, así como contra el grupo terrorista Hamas en Gaza.
Como parte de una dura estrategia de contención, tropas judías lanzaron por primera vez una ofensiva aérea desde el mar contra Beirut al apuntar “con precisión” a infraestructura en suburbios al sur, como depósitos subterráneos, centros de mando y zonas de lanzamiento, pues insiste en limitar la respuesta islámica, en medio de reportes de que al rival se le agotan las armas, aunque siguen disparando proyectiles para intimidarlos.
La prensa israelí dijo que sólo en 24 horas su Defensa lanzó más de un centenar de ataques. Hecho del que se compartió evidencia al reivindicar que la prioridad es “eliminar amenazas”, como el comandante Jalal Mustafa Hariri quien fue asesinado ayer, e insistir que cualquier negociación será “bajo fuego”, según declaraciones del ministro de Defensa, Yoav Gallant.
A través de redes sociales el ejército publicó el video del ataque puntual a un sitio en el que combatientes almacenaban misiles, morteros y otras armas; dos rivales huyeron de inmediato al verse en la mira y segundos después se registró una explosión que alcanzó viviendas cercanas, ante lo que Tel Aviv recalcó que ordenará más evacuaciones para proteger a civiles en zonas usadas por Hezbolá.
Tras la oleada letal autoridades libanesas contabilizaron 25 muertos y 90 heridos en varios actos, frente a advertencias de que toda infraestructura sospechosa será derribada. No obstante, ese país denunció que Israel hace de su Estado un “objetivo” al exhibir que en uno de estos bombardeos asesinó al alcalde de Nabatiyeh, Ahmed Khalil, justo cuando se celebraba una reunión de seguridad en un edificio municipal, acto que una funcionaria tachó de “masacre”, pues también murieron un médico y socorristas.
De inmediato Beirut llevó la queja ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para elevar la presión ante ese gobierno y detener los presuntos ataques deliberados, pero la nación judía defendió sus planes al afirmar que sigue eliminando a altos mandos de la cúpula rival.
Horas después la Fuerza Provisional de la ONU en Líbano también alzó la voz por insistentes ofensivas que exponen a civiles y a su personal cerca o incluso en sus instalaciones. Exhibió que “una vez más” las tropas de Benjamin Netanyahu atacaron con “fuego directo” a los llamados cascos azules resguardados en una torre de vigilancia al sur del país vecino. Agresión en la que Tel Aviv destruyó cámaras de vigilancia y causó múltiples daños a dicha instalación, agravando el riesgo persistente en Medio Oriente, incluso para aquellos que se resisten a abandonar la región con tal de garantizar ayuda a miles de refugiados.
Ante ello, países de la Unión Europea (UE) y del Golfo exigieron a Israel, en una postura conjunta, medidas de contención ante sus varios frentes y abogaron enfáticamente por un acceso humanitario en Gaza, que podría llevar a la liberación de rehenes, luego de que Qatar admitiera que desde hace semanas se rezagó esa negociación, lo que vinculan a los combates en Líbano.
Pese a las críticas e intentos de presión para desistir de su estrategia, Tel Aviv se mantiene firme para desmantelar a Hezbolá y a Hamas al bombardear también la zona de Jabalia, luego de que se revelara que Estados Unidos restringiría armas si no atendía el deterioro que enfrenta la Franja de Gaza desde el año pasado.
En una clara respuesta a esta advertencia, el premier ratificó su compromiso con la entrega de insumos al desmentir que suspendieran dichas entregas, lo que hacía temer una mayor hambruna en la región. Y es que antes de que Washington cumpla su ultimátum ordenó a su gabinete acelerar el reparto de los alimentos, medicinas y otros insumos, aunque fuentes de la nación informaron que buscan controlar dichos envíos y rutas.
Ese gobierno aseveró que sólo en 48 horas ingresaron 80 unidades, luego de que funcionarios palestinos, la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) denunciaran un parón en la materia entre el 2 y el pasado 15 de octubre y hasta bloquearan de manera insistente la distribución de la ayuda humanitaria, acusación que el enviado de Israel en la ONU, Danny Danon, reviró y precisó que siguen repartiendo toneladas de suministros al insistir que incluso actúan más allá de su obligación, pero Hamas se sigue apropiando de la ayuda, según declaraciones recogidas por Reuters y otros medios.
Al respecto, la OMS insistió en garantizar toda la ayuda para las miles de víctimas que hay en la región al notificar que se agotan los suministros de los hospitales, lo que pone a tres de éstos al borde de un colapso.
Además, el líder del organismo, Tedros Adhanom Gebreyesus, pidió facilitar todas las labores sanitarias en Gaza y otras zonas para evitar la expansión del cólera y que concluya la campaña de vacunación contra la polio en niños.
