El Papa Francisco ofreció ayer la oración conocida como Urbi et Orbi, que tuvo como marco una Plaza de San Pedro vacía, tras las recomendaciones de evitar actos masivos por la pandemia del Covid-19.
Aunque la bendición la imparte el jerarca católico sólo en Navidad y Pascua, ahora la realizó de manera excepcional para todos los enfermos de Covid-19 y para todas las personas, particularmente para médicos y enfermeras que atienden la epidemia. La bendición mundial permite a los más de mil 300 millones de católicos obtener la indulgencia plenaria, es decir, el perdón de sus pecados.
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“Señor, bendice al mundo... nos pides que no tengamos temor pero nuestra fe es débil y tenemos miedo; pero Tú Señor no nos abandones en la tormenta. Nosotros descargamos en ti todo nuestro agobio, porque sabemos que tú nos cuidas”, indicó el jerarca católico.
En su mensaje, Francisco hizo un reconocimiento a todas aquellas personas que desde el servicio humilde y sencillo han puesto el balance positivo en medio de la pandemia. Enumeró entre ellos a “médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos, pero tantos otros”.
Esta oración fue transmitida a través de los canales oficiales del Vaticano y los medios de comunicación en el mundo. Se tiene previsto que las actividades de Pascua del próximo mes también se lleven a cabo sin la participación directa de los fieles, dijo el Vaticano.