De cara a la contienda presidencial de Estados Unidos, a celebrarse el próximo martes 5 de noviembre, los resultados de siete estados podrían definir a la persona al frente de la Casa Blanca.
Aunque en muchos estados es predecible la victoria de republicanos y demócratas, en al menos siete la competencia es muy ajustada y los 93 votos electorales que representan pueden cambiar el rumbo de las elecciones.
¿Qué es un estado clave?
Un estado clave, o péndulo, se define como aquel donde tanto demócratas como republicanos tienen niveles similares de respaldo, lo que convierte su resultado en incierto y, por ende, relevante para el resultado final.
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Aunque algunos estados suelen mantenerse estables, factores como los cambios demográficos pueden añadir o restar votos en los comicios. Ejemplo de ello es Georgia, que dejó de ser un bastión republicano en 2020 tras la victoria de Joe Biden y el senador demócrata Raphael Warnock en 2022.
¿Cuáles son los estados que podrían definir las elecciones presidenciales de EU?
La definición de estado clave varía y no existe una lista oficial; sin embargo, los analistas coinciden en que Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin serán los que más peso tengan en el resultado final.
En seis de estos estados, Biden logró vencer a Trump en 2020, dándole la ventaja necesaria para llegar a la presidencia; además, en la mayoría de ellos la asignación de votos electorales es bajo el sistema de "el ganador se lo lleva todo", donde el candidato que triunfa en el voto popular estatal se lleva todos los votos del Colegio Electoral del estado. Solo Maine y Nebraska tienen un sistema de asignación proporcional.
En Arizona, Trump ganó en 2016, pero Biden lo superó por un margen muy estrecho en 2020, manteniéndose ahora como un empate entre los candidatos. Georgia, con una población diversa, fue ganada por Trump en 2016, aunque en 2020 se inclinó hacia Biden. En Michigan, un estado históricamente demócrata hasta 2016, Biden recuperó el triunfo en 2020.
Nevada, con una contienda de Senado competitiva, y Carolina del Norte, con una fuerte población afroamericana, representan oportunidades tanto para demócratas como para republicanos.; asimismo, en Pensilvania y Wisconsin, donde Trump triunfó en 2016 y perdió por poco en 2020, son territorios críticos para ambos partidos.
cehr