Además de Panjshir, el régimen Talibán se enfrenta a otra disidencia, pues las mujeres que no están dispuestas a perder los derechos ganados con la ocupación extranjera, protestaron contra el nuevo régimen que busca su consolidación.
Bajo la consigna de “no tenemos miedo”, un grupo de mujeres se pronunció frente a las oficinas de Gobierno en Herat en contra de un régimen en el que no tomen en cuenta a las mujeres.
Exfuncionarias, activistas y universitarias, sectores que más perderían contra el grupo extremista, exigieron un gobierno inclusivo, como prometió, y ser contempladas en la construcción del nuevo régimen al advertir que ningún país es sostenible sin el respaldo de las mujeres.
Al respecto, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Pramila Patten, sostuvo que la integración de ellas podría ser una importante prueba sobre el compromiso con las libertades del grupo islámico, mismo que, según su vocero, Zabihullah Muyahid, esta misma semana podría anunciar a la nueva gestión en una ceremonia en el palacio presidencial.
Asimismo, las manifestantes aseveraron que no están dispuestas a perder su derecho a estudiar, trabajar y a la seguridad, según la ley islámica.
Y adelantaron que lucharán por sus derechos y por los de quienes siguen encerradas en casa por temor a represalias de los combatientes que asumieron el control del país el mes pasado, mismo que refrendaron el 31 de agosto con el abandono total de ejércitos extranjeros.
No obstante, aunque líderes dijeron que no habría que temer y serán flexibles, combatientes señalaron que es posible que la administración en construcción no incluya a ese grupo, o por lo menos no en cargos de alto nivel, como ocurrió en la gestión de Ashraf Ghani, que sumó al sector en Ministerios y Embajadas.
Posteriormente, se reportó que la situación en Panjshir, única zona en resistencia, fue cercada al asumir el control de todos los accesos y así evitar que la insurrección crezca fuera de la región.
Según agencias, combatientes afines al Talibán resguardan la provincia luego de que fracasara un diálogo pacífico entre los líderes extremistas y quienes rechazan al nuevo régimen; y aunque algunos sectores afines a los extremistas señalaron que ya habría bajas en la región, líderes no han confirmado esa versión.
A la par de la construcción del gobierno los yihadistas buscan un acercamiento con China, nación que aseguran mantendrá su representación diplomática en Afganistán, misma que sigue operativa. Y otro de sus portavoces adelantó que esa nación aumentará la ayuda humanitaria.
En medio de estas negociaciones, Qatar, país que colabora con el Talibán, adelantó que esperan la pronta consolidación de éstos para reabrir el aeropuerto de Kabul, por el que se permitirá reanudar las salidas de afganos que no desean permanecer en la región.