Las tensiones diplomáticas entre España y Venezuela escalaron este viernes, luego de que el embajador ibérico en ese país fue llamado a consultas ante lo que el régimen de Nicolás Maduro considera “injerencia” del Gobierno de Pedro Sánchez en asuntos internos del país, lo cual, dijo, ”no permitirá”.
El origen de la crisis fue la aprobación, el miércoles, en el Congreso español (con el voto contra del gobernante PSOE), de una proposición que insta al Ejecutivo a reconocer a Edmundo González, asilado en Madrid desde el pasado lunes, como el “presidente legítimo” de Venezuela y, por tanto, como el ganador de los comicios.
La escalada aumentó tras el encuentro del jueves entre el propio Sánchez y González, a lo que se sumaron las declaraciones, la noche del jueves por la ministra de Defensa española, Margarita Robles, que tildó al régimen como una “dictadura” y se “solidarizó” con los exiliados venezolanos.
En respuesta, el embajador de España en Caracas, Ramón Santos, fue llamado a consulta este viernes por el ministro de Exteriores de Venezuela, Yván Gil, al considerar que se ha producido un deterioro en las relaciones por la “injerencia” de miembros del Gobierno de Pedro Sánchez en asuntos internos”.
(Venezuela) no permitirá ninguna acción injerencista por parte del Gobierno de España. Adoptará las medidas necesarias, en el marco del derecho internacional y la diplomaciaYván Gil<br>Ministro de Exteriores de Venezuela
“(Venezuela) no permitirá ninguna acción injerencista por parte del Gobierno de España en asuntos que son de competencia exclusiva de los venezolanos y venezolanas. El Gobierno de Venezuela adoptará las medidas necesarias, en el marco del derecho internacional y la diplomacia bolivariana de paz para proteger su soberanía”, difundió la cancillería.
Por su parte, España optó por rebajar la escalada y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, calificó como “soberana” la decisión de convocar a Santos y llamar a consultas a su representante en la capital española, e insistió en la voluntad de buscar “las mejores relaciones posibles con el pueblo hermano de Venezuela” y de velar por los intereses de la comunidad y las empresas nacionales en el país latinoamericano.