El régimen ruso sumó un nuevo descalabro tras las derrotas sufridas en territorios anexados, pues el llamado del presidente Vladimir Putin a reforzar a su Ejército provocó que 700 mil ciudadanos escaparan del país.
La estrategia contra Ucrania le jugó en contra al Kremlin y hasta 3.5 personas desertaron del régimen por cada recluta que se unió a las filas de las Fuerzas Armadas, pues según el Ministerio de Defensa del invasor 200 mil hombres respondieron al llamado, lo que representa un avance del 66 por ciento de la meta establecida el pasado 21 de septiembre.
Fuentes de ese gobierno revelaron a Forbes Rusia que ya son 700 mil los que evadieron los llamados a combatir, más del doble de los que habrían salido entre febrero y antes del anuncio de Putin, muestra del fracaso de esta estrategia.
Según el recuento del medio ruso, desde que ese país invadió Ucrania ya suman un millón de evasores, entre los que temen quedar atrapados en la guerra o critican las políticas implementadas por el Kremlin, hecho por el que los cruces fronterizos se saturaron en días pasados, aunque Moscú minimizó las filas del éxodo rumbo a las fronteras al señalar que muchos de ellos eran turistas.
Del total de detractores casi la mitad se adentró en Kazajistán, pese a ser aliado ruso, pues el Ministerio del Interior confirmó que alrededor de 350 mil personas cruzaron a su territorio tan sólo en las últimas semanas.
Miles más se fueron a Georgia, Mongolia y a la Unión Europea (UE) antes de que les cerrarán las puertas, pues Finlandia bloqueó los pasos fronterizos tras identificar que la mayoría de los evasores migró a otro territorio del bloque. Además, destacan las disputas con el Kremlin por el suministro de gas y su intento de sumarse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Al respecto, el diario ucraniano Kiev Independent insistió que persiste la migración masiva vía terrestre, pues recordó que Rusia duplicó las salidas en comparación con un año antes de la guerra, según registros anteriores al anuncio de la “movilización parcial”.
En tanto, las autoridades rusas se resisten a dar un balance oficial de salidas desde que Putin intensificó la operación militar y minimiza las bajas en combate. Las fuerzas del invasor dicen que sólo perdieron a cinco mil soldados, mientras que el Estado Mayor ucraniano contabilizó hasta 60 mil decesos, aunque las cifras de Inteligencia de aliados como Estados Unidos y Gran Bretaña señalan que la cifra alcanzaría los 80 mil; es decir, un aproximado de 360 bajas al día desde que invadió esa nación en febrero pasado con miras a sumarse dos territorios, Donetsk y Lugansk, pero que en las últimas semanas conquistó ilegalmente esas repúblicas así como Jerson y Zaporiyia.
En medio de estas revelaciones, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reivindicó los avances de sus fuerzas defensoras al resaltar que están por hilar una semana de recuperación territorial en el sur y el este, lo que inclina la balanza en favor de sus militares.
Explicó que tan sólo en las últimas 24 horas retomaron el control de ocho localidades en Jerson, lo que contrasta con la supuesta anexión rusa, pues dijo que no hay rastro de que la población quiere ser parte del régimen que provocó muertes y destrucción; mientras que en Járkov luchan para quebrar a la defensa rusa con armamento enviado por Occidente.
Dichas acciones suponen un cerco en la zona fronteriza para seguir expulsando a los invasores, pues Zelenski insistió que la guerra terminará cuando no haya más ocupantes en el país y se recuperen territorios invadidos como Crimea, que Rusia les arrebató en 2014.
Además, en esta campaña exitosa Kiev también refuerza su estrategia a nivel internacional en torno a su incorporación a la OTAN pues ayer se confirmó que el secretario general del organismo, Jens Stoltenberg, ya recibió la solicitud de anexión “acelerada”.
Y, aunque hasta nueve gobiernos respaldaron la suma del gobierno de Zelenski a la alianza estratégica, no hay claridad sobre los tiempos para concluir el largo proceso, pues apenas en mayo pasado comenzó uno similar para Finlandia y Suecia con miras a sumarse al bloque militar, lo que garantizaría la presencia de la alianza en más regiones que tienen frontera con Rusia.