La tormenta Isaías, degradada de huracán, atravesó la costa este de Florida ayer con fuertes ráfagas de viento y bandas de lluvia mientras avanzaba hacia el norte.
Los pronósticos señalan que la tormenta avanzará a lo largo de la Costa Este de Estados Unidos para llegar a Washington, Filadelfia y la ciudad de Nueva York el martes, antes de trasladarse a Nueva Inglaterra.
Cerca de las 18:00 horas de ayer, la tormenta se encontraba a unos 90 kilómetros al este-sureste de Vero Beach, Florida, y avanzaba con trayectoria noroeste con vientos máximos sostenidos de 100 kilómetros por hora, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC). Los meteorólogos esperaban pocos cambios en la potencia de Isaías durante las próximas horas, por lo que ya no se veía como un potencial riesgo para el estado del sol.
El gobernador Ron DeSantis desde horas antes instó a la población a preparar comida, agua y medicamentos para siete días. Las autoridades trataban de preparar refugios en los que la gente pudiera resguardarse de la tormenta de ser necesario, respetando el distanciamiento social para evitar la propagación del virus.
Las autoridades cerraron playas, parques y centros de pruebas para el coronavirus y ataron señalamientos a palmeras.
El área de Palm Beach, donde se encuentra el complejo turístico Mar-a-Lago del presidente Donald Trump, salió ilesa de la tormenta y las autoridades informaron que no hubo daños generalizados ni inundaciones.
“Todavía estamos experimentando algunos vientos. Sin embargo, según el último pronóstico, esos vientos deberían estar disminuyendo a primera hora de la tarde”, dijo Lisa de la Rionda, una portavoz del condado de Palm Beach.
Aunque parecía que el impacto de Isaías en Florida no sería severo, la tormenta proporcionó a la gestión local de emergencias un “escenario real” de cómo se vería la respuesta a condiciones climáticas extremas en medio de una emergencia de salud pública mientras los estados luchan con la pandemia de coronavirus, dijo De la Rionda.
En Palm Beach había unas 150 personas en refugios, luego de que el condado emitió un aviso de evacuación voluntaria para habitantes de remolques o casas prefabricadas.
“No esperamos muchas más evacuaciones”, dijo, añadiendo que los evacuados guardaban las distancias y llevaban mascarillas.
Y EN CALIFORNIA, INCENDIOs
En California, otro estado con importantes brotes de Covid-19, miles de personas fueron evacuadas el domingo debido a un incendio forestal al este de Los Ángeles que estaba siendo combatido por los bomberos en medio de un sofocante calor.
Las llamas, en los condados de Riverside y San Bernardino, devoraron más de 60 kilómetros cuadrados de vegetación, informó el Departamento de Bosques y de Protección contra Incendios de California.
El incendio estalló como dos focos separados la tarde del viernes en Cherry Valley, cerca de Beaumont, a unos 137 kilómetros al este de Los Ángeles. Las llamas se acercaban a las colinas y a las viviendas adyacentes, mientras los bomberos las atacaban por aire y tierra.
Una vivienda y dos estructuras aisladas quedaron destruidas, informaron los bomberos. No se reportaron heridos. Las órdenes de evacuación abarcan a vecindarios en las montañas y cañones. La temperatura alcanzó 41 grados centígrados en la cercana Palm Springs el sábado.