Mientras la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) congregó a miles de fanáticos de las armas en su convención anual en los últimos tres días, Estados Unidos enfrentó en ese mismo plazo ocho tiroteos masivos con un saldo de 11 muertos y más de 50 heridos.
Y es que la incidencia de ataques armados en la nación sigue al alza al registrar uno cada nueve horas en promedio este fin de semana, al tiempo en que se promovió el uso y portación de armas con exhibiciones en Indiana, sede de la edición 2023 de la NRA, y un incremento latente al superar los números de años previos en el primer cuatrimestre del año.
Datos de la organización Gun Violence Archive reflejan que al menos ocho sospechosos abrieron fuego contra grupos y multitudes en al menos siete entidades, casi a la par del evento que incluso tuvo como invitados especiales en días pasados al expresidente Donald Trump y su vicepresidente Mike Pence, ambos republicanos.
Según registros a nivel nacional las balaceras ocurrieron en un salón de baile, un parque, a plena calle y hasta en una pelea de gallos, y aunque anoche, al cierre del evento en Indiana, no hubo más agresiones la situación actual evidencia que no hay lugar seguro en EU como alegan ciudadanos que exigen medidas más estrictas para regular la venta y posesión de armas de asalto.
Las entidades afectadas por esta violencia fueron Alabama, Arizona, California, Hawái, Kentucky, Missouri y Nueva Jersey, en las que destacan que una de éstas apenas vivió su primer tiroteo masivo en lo que va del año y otra fue blanco de dos ataques, en Newark y Paterson.
En tanto, el acto más violento fue el de Alabama con cuatro muertos y 28 heridos, en su mayoría adolescentes; aunque las autoridades reportaron inicialmente 20 lesionados, al cierre de esta edición el sargento local Jeremy Burkett añadió a ocho más a la lista.
Según el reporte oficial una persona armada, hasta el momento desconocida, disparó indiscriminadamente contra los asistentes a una fiesta de Dulces 16 en Dadeville y siguen las investigaciones, pues aún no se identifica el motivo de esta fatal agresión y aún hay víctimas hospitalizadas y en condición crítica.
Tras el ataque del pasado 15 de abril, se reportó que uno de los fallecidos fue un menor de edad y hermano de la festejada. La abuela de éste lo identificó como Phil Dowdell, a quien le presagiaban un futuro en el futbol americano.
Aunque seguía en la secundaria, se reveló que el joven consiguió una beca para jugar con la Universidad Estatal de Jacksonville como receptor abierto; él mismo publicó una imagen del equipo en redes sociales y un entrenador local confirmó la versión a medios de Alabama tras la trágica escena que dejó a varios invitados tendidos en el suelo tras ser alcanzados por las balas.
Estas tragedias recuerdan las diferencias en el Congreso entre republicanos y demócratas que impiden llegar a un consenso para lograr medidas para regular las armas de asalto y prohibir que personas con problemas mentales o antecedentes tengan acceso a éstas, como demanda el presidente Joe Biden al insistir en la necesidad de proteger a la población de esos ataques que, lamentablemente, se repiten también en escuelas como hace semanas en Nashville.
Y el mandatario solicitó nuevamente a políticos poner un alto a estos hechos, pues el país está de nuevo de luto por un acto “sin sentido” en el que otra vez fallecieron menores de edad que lucharon por su vida frente a una persona armada y asestó en un comunicado “las armas son la principal causa de muerte de niños en Estados Unidos y los números están aumentando”.
