Estados Unidos aprobó el contraataque a instalaciones y objetivos iraníes clave en Irak y Siria tras el crimen de tres de sus soldados en Jordania al advertir que no desataría una guerra, pero que mostrará al enemigo que su capacidad militar es mayor, mientras el régimen que los financia reubica a líderes de esos territorios.
Ante críticas en torno a cuánto más tardará la respuesta contundente a la Resistencia Islámica, coalición a la que pertenece el perpetrador Kataib Hezbolá, la cadena NBC News reveló que las fuerzas de Washington están listas para apuntar sus armas contra bases enemigas por instrucción del presidente Joe Biden, según fuentes del Departamento de Defensa.
Sin embargo, a casi una semana de golpe a un cuartel cerca de la frontera siria no se dieron detalles del total de objetivos previstos ni la duración de la ofensiva, aunque medios indican que podría extenderse por semanas para disuadir a los proiraníes y detener las provocaciones incitadas por el Gobierno de Ebrahim Raisi, luego de hasta 166 incidentes con misiles y drones contra bases estadounidenses desde finales de octubre pasado.
Horas después el secretario de Defensa, Lloyd Austin, confirmó la misión en lo que calificó de “momento peligroso”. Ante la prensa dijo que ésta será en múltiples niveles, pues aumentarán su poder según la reacción terrorista al defender sus intereses y a sus tropas así como responsabilizar a los proteccionistas.
En su primera conferencia tras una hospitalización que mantuvo casi en secreto, el líder del Pentágono insistió que cobrarán las tres bajas y el alcance a 40 soldados, al tiempo que evitan un conflicto más amplio ante el intento de Teherán de elevar la “agitación en Medio Oriente”, como cómplice del ataque a la Torre 22 en Jordania, pese a su deslinde de los hechos del pasado 28 de enero.
Austin agregó que no retrocederán en su estrategia de incapacitar a las milicias auspiciadas por Irán y alistan acciones inminentes “cuando elijamos, donde elijamos y como elijamos” como ya lo han hecho en el pasado, según un comunicado.
Lo que recuerda los roces entre ambas naciones y en el que Washington escaló el tono de la confrontación al asestar “tienen mucha capacidad, tenemos más”, anticipando que una escalada sería perjudicial para los afines al régimen islámico. Y abundó que en esta acción no importa qué tan implicado estaba Teherán, pues patrocinar a las milicias y dotarlos de armas los hace igual de culpables.
Gesto que pareció responder a las advertencias de la Guardia Revolucionaria cuando dijo que aplicaría medidas similares si EU atacaba; pero en las filtraciones a medios Irán no aparece como objetivo, al enfocar sus armas, de momento, contra su vecino Irak y Siria.
En tanto, Reuters exhibió que la Guardia iraní se anticipó a los golpes y ya ordenó la salida de comandantes y subalternos al reducir su presencia para no atraer a las fuerzas de EU a sus bases y evitar que altos mandos sean abatidos. Se informó que éstos operarán a distancia gracias al apoyo de oficiales que mantendrán mínima presencia y bajo perfil para no quedar expuestos. Dichas acciones recuerdan recientes choques como cuando el yihadista acusó a EU e Israel por el doble atentado suicida que mató a unos 90 en Irán.
Sigue provocación
Las declaraciones del titular de la Defensa de EU, en las que admitió que no manejó adecuadamente su tratamiento por un diagnóstico de cáncer de próstata, se dan a horas de que sus fuerzas repelieran otra vez amenazas de hutíes en el mar Rojo.
Desde temprana hora se dio cuenta del despliegue de cazas FA-18 que derribaron unos 10 drones en el Golfo de Adén al ratificar que mostrarán total firmeza a actos “irresponsables”, según Austin, en referencia a las incitaciones del grupo yemení, que presuntamente también es financiado por Irán. Según información oficial, Washington también disparó ayer a una estación de unidades no tripuladas de los proiraníes.
Esta vez la embarcación en riesgo era un portacontenedores de Liberia, con lo que suman 40 agresiones en la península arábiga desde el año pasado, ante lo que EU se comprometió a reducir el riesgo a la navegación comercial. Esto luego de decenas de ataques tras el estallido en Gaza y mientras el régimen construye una nueva planta nuclear.