La violencia armada no se detiene en Estados Unidos y en pleno fin de semana de Halloween la nación registró 12 tiroteos con al menos 11 muertos.
Mientras decenas de personas se disfrazaron de personajes de terror para divertirse con motivo de esta histórica tradición, la organización Gun Violence Archive reportó más de 70 heridos por los incidentes armados en 10 entidades con lo que la región ya alcanzó 580 ataques masivos en lo que va de 2023, aún lejos de los 690 durante el peor año en violencia de este tipo: 2021.
El peor día fue ayer al concentrar más de 50 por ciento de las víctimas, entre defunciones y lesionados. De acuerdo con reportes policiales la madrugada comenzó de manera activa al reportar balaceras afuera de un bar en Ybor City, Florida, pues supuestamente al menos dos grupos chocaron afuera del establecimiento por causas aún desconocidas.
Pero no todas las víctimas fueron por arma de fuego, pues según testimonios recabados por agentes al verse atrapados en el fuego decenas de clientes vestidos de monstruos, brujas y hasta policías corrieron en busca de refugio, lo que desató una estampida para salir del negocio, situación en la que los comensales derribaron todo a su paso y algunas personas cayeron sobre las mesas metálicas, en su mayoría jóvenes.
En una conferencia se confirmó que hubo al menos una persona detenida, según la vocera de la Policía de Tampa, Jonee Lewis, luego de la movilización de hasta medio centenar de oficiales, acto que la alcaldesa Jane Castor calificó de incidentes a causa de “malas decisiones” que acaban sin sentido con varias vidas.
No obstante, siguen las investigaciones para determinar la cronología de esos hechos e identificar a todos los involucrados, proceso en el que cuentan con apoyo de cámaras de seguridad y videos de quienes asistieron al bar; tema en el que usuarios de redes sociales ya muestran al menos a un joven de raza negra armado, pues en las tomas compartidas en dichas plataformas se le observa esconder una presunta pistola mientras avanza entre la multitud que huye de la escena.
A más de mil 500 kilómetros, una fiesta en Indianápolis, Indiana, terminó de manera violenta con un tiroteo que dejó un muerto y nueve heridos, entre ellos varios menores de edad, pues se indicó que la víctima más joven tenía sólo 16 años, según informes de medios locales, aunque no se reveló la identidad de ninguna de ellas.
Dicho panorama violento se suma a la indagatoria por el ataque armado más letal en lo que va del año cuando Robert Card mató a 18 personas en Maine, sospechoso que tras dos días de búsqueda fue hallado muerto.
De acuerdo con agencias, el reservista del ejército de 40 años intentó adquirir un silenciador tres meses antes del atentado, pero su solicitud fue negada luego de que el personal del establecimiento al que acudió le hiciera ver que su formulario lo impedía, pues admitió que estuvo internado por salud mental, estatus médico que confirmaron en días pasados sus familiares y personal de la base militar en la que laboró.