Por primera vez en cuatro décadas, Estados Unidos desplegó ayer un submarino con armas nucleares en Corea del Sur, mientras los aliados advirtieron a Corea del Norte que cualquier uso de las armas nucleares norcoreanas en combate resultaría en el fin de su régimen.
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur anunció que el USS Kentucky, un submarino de clase Ohio, llegó al puerto de Busan. Además, resaltó que es la primera visita de un sumergible nuclear estadounidense a Corea del Sur desde la década de los 80.
La visita periódica de submarinos estadounidenses con capacidad para misiles balísticos nucleares a Corea del Sur fue uno de varios acuerdos alcanzados por los presidentes de ambos países el pasado mes de abril, como parte de la Declaración de Washington, una respuesta a la creciente amenaza nuclear de Corea del Norte. También acordaron establecer un Grupo Consultivo Nuclear bilateral y ampliar los ejercicios militares.
El titular del Ministerio de Defensa, Lee Jong-Sup, calificó la visita del submarino como una demostración de la determinación de Estados Unidos en implementar su compromiso de “disuasión extendida”, una promesa de Washington de usar todas sus capacidades militares, incluidas las armas nucleares, para proteger a sus aliados, expuso la dependencia en un comunicado.
Añadió que la visita del submarino “muestra la abrumadora capacidad y postura de los aliados contra Corea del Norte”.
En Seúl, funcionarios surcoreanos y estadounidenses también celebraron la reunión inaugural del Grupo Consultivo Nuclear (NCG, por sus siglas en inglés), para discutir las maneras para fortalecer la disuasión contra las amenazas nucleares de Corea del Norte.
La reunión fue copresidida por el coordinador de Seguridad Nacional de Estados Unidos para Asuntos del Indo-Pacífico, Kurt Campbell, y el subdirector de Seguridad Nacional de Corea del Sur, Kim Tae-hyo.
A través de un comunicado posterior al encuentro, afirmaron que “cualquier ataque nuclear de Corea del Norte contra Estados Unidos o sus aliados es inaceptable y resultará en el fin de ese régimen”.
El NCG surgió como parte de la Declaración de Washington, producida en medio de crecientes llamados en Corea del Sur para que construya sus propias bombas nucleares, un paso al que Estados Unidos se opone. El acuerdo incluía una promesa de Yoon de cumplir con las obligaciones de Seúl en virtud del Tratado de No Proliferación Nuclear.
La creación del NCG se produjo en medio de una serie de pruebas sin precedentes por parte de Pyongyang, que ha lanzado cerca de 100 misiles desde principios del año pasado, incluido un proyectil balístico intercontinental que disparó la semana pasada. De acuerdo con el Ministerio de Defensa de Japón, esa prueba representó el vuelo más largo jamás realizado por un misil norcoreano, tras volar durante 74 minutos.
El grupo consultivo tiene el objetivo de compartir información sobre planes operativos de armas nucleares y estratégicas, así como operaciones conjuntas, mientras que Estados Unidos mantendrá el control operativo de sus armas nucleares.
El pasado martes, Yoon Suk Yeol, presidente de Corea del Sur, declaró en una reunión de gabinete que el lanzamiento del NCG “servirá como un importante punto de partida para establecer una poderosa y efectiva disuasión ampliada entre Corea (del Sur) y Estados Unidos”, además de que su alianza ha sido “mejorada con un nuevo paradigma, basado en la energía nuclear”.
Por su parte, Corea del Norte condenó los acuerdos tomados en abril entre Yoon y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y señaló que demostraban una extrema hostilidad de los aliados. Además, amenazó con intensificar aún más su doctrina de uso nuclear como protesta.
El pasado lunes, Kim Yo-jong, hermana y asesora del líder norcoreano, Kim Jong-un, advirtió que las medidas de Washington para reforzar su compromiso con Corea del Sur harán que su país se aleje más de la mesa de negociación deseada por Estados Unidos. “(Corea del Norte) está lista para contrarrestar resueltamente cualquier acto de violación de su soberanía e integridad territorial. Estados Unidos debería detener su estúpido acto de provocar (a Corea del Norte), incluso poniendo en peligro su seguridad”, dijo.
Pyongyang disparó dos misiles balísticos de corto alcance hacia su mar oriental la madrugada de hoy, en un aparente desafío ante el despliegue del submarino nuclear de Estados Unidos.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur informó que entre las 3:30 y las 3:46 a.m., hora local, Corea del Norte lanzó los proyectiles desde un área cercana a la capital, Pyongyang, que volaron alrededor de 550 kilómetros antes de aterrizar en aguas al este de la península de Corea.
La distancia de vuelo de los misiles norcoreanos coincidió aproximadamente con la distancia entre Pyongyang y la ciudad portuaria surcoreana de Busan, donde recaló el USS Kentucky.
El Estado Mayor de Seúl calificó los lanzamientos como una “gran provocación” que amenaza la paz y la estabilidad en la región, y agregó que los ejércitos de Corea del Sur y Estados Unidos estaban monitoreando de cerca al Norte en busca de más actividades armamentísticas.
Capturan a soldado de EU
El elemento, que enfrentaba medidas disciplinarias militares, atravesó el límite entre ambas Coreas, convirtiéndose en el primer estadounidense detenido en Corea del Norte en casi cinco años.
El capturado, de nombre Travis King, estuvo en Corea del Sur desde enero del 2021 como parte de la Primera División Blindada y acababa de ser liberado de prisión, tras ser detenido por agresión, y enfrentaba acciones disciplinarias adicionales en Estados Unidos.
En conferencia de prensa, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, confirmó que el militar estaba bajo custodia de Corea del Norte. “Por voluntad propia y sin autorización atravesó la Línea de Demarcación Militar hacia la República Popular Democrática de Corea. Estamos monitoreando e investigando de cerca la situación y trabajando para notificar a los familiares”, dijo.