Estados Unidos analiza romper con la política arancelaria que impuso el exmandatario Donald Trump a China para reducir la inflación que vive el país.
“Estamos analizando”, sostuvo el presidente Joe Biden en torno a las alternativas para reducir estos aranceles a las importaciones de esa potencia al ratificar que la inflación, que afecta el bolsillo de todos los ciudadanos, es el principal desafío económico en EU.
Pero ante la insistencia de la prensa, recalcó que su gobierno aún no ha tomado una decisión.
Su postura responde a la propuesta de analistas de eliminar o reducir estas barreras comerciales para generar un impacto positivo en la economía, luego de que este año se alcanzara el peor nivel en cuatro décadas, pues admitió que las “familias están sufriendo”.
Y recalcó que hará todo lo que esté a su alcance para reducir la carga inflacionaria en la población. Al respecto, la Casa Blanca adelantó que entre sus planes están la reducción de la dependencia energética, para bajar el costo de la gasolina, así como abaratar los precios en temas como salud, alimentos y consumo diario para evitar una crisis, misma que el demócrata señaló se debe al impacto Putin, en consecuencia de la devastación provocada en Ucrania por una guerra que comenzó hace dos meses.
Pero para ello requiere del apoyo del Congreso, por lo que presionó a los republicanos al advertir que son éstos los que no han hecho nada en la materia, lo que apunta a las elecciones intermedias de noviembre próximo y al descontento social por el alza de precios, principalmente en la gasolina.
Biden insistió que una gran parte de la población no paga impuesto sobre la renta, porque no se han hecho ajustes en la materia. Y acusó a los republicanos de querer incrementar éstos sólo para la clase trabajadora, uno de los sectores más golpeados por la pandemia.
Por ello, llamó a la ciudadanía a no dar más poder al Partido Republicano, pues recalcó que este sector lo que busca es un anteproyecto, en referencia a un plan del senador Rick Scott, con el que presuntamente apuestan a elevar los aranceles a los estadounidenses con menores ingresos y hasta recortar programas de salud como Medicare.