La red eléctrica nacional de Cuba se apagó ayer después de que una de las principales plantas generadoras de la isla fallara, dijo el Ministerio de Energía de Cuba, sumiendo a todo el país en un apagón. Horas antes, el gobierno dirigido por Miguel Díaz-Canel cerró las escuelas y la industria no esencial y envió a la mayoría de los trabajadores estatales a sus casas en un último esfuerzo por mantener las luces encendidas para los residentes.
Antes del mediodía, la central eléctrica Antonio Guiteras, la más grande y eficiente del país, dejó de funcionar, provocando un fallo total de la red y dejando a aproximadamente 10 millones de personas sin electricidad.
“Desde la dirección del país estamos dedicando absoluta prioridad a la atención y solución de esta contingencia energética de alta sensibilidad para la nación. No habrá descanso hasta su restablecimiento”, afirmó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, a través de una publicación en X.
La crisis obligó a las autoridades a cancelar todos los servicios gubernamentales no esenciales, mientras que las escuelas de todos los niveles, incluidas las universidades, permanecerán cerradas hasta el domingo.
También se ordenó el cierre de las actividades recreativas y culturales, incluidas las discotecas. El gobierno dijo que únicamente los empleados esenciales de las industrias de alimentos y atención médica administradas por el Estado debían presentarse a trabajar este viernes.
El pasado jueves, primer ministro Manuel Marrero atribuyó el empeoramiento de los apagones de las últimas semanas al deterioro de la infraestructura, escasez de combustible y creciente demanda.
“La escasez de combustible es el factor más importante”, declaró Marrero en un mensaje televisado a la nación.
Asimismo, el gobierno de Cuba culpó de las dificultades para adquirir combustible y piezas de repuesto para operar sus plantas de petróleo, al embargo comercial de Estados Unidos, así como a las sanciones del expresidente Donald Trump.