Las constantes protestas contra la reforma judicial en Israel parecen rendir frutos o al menos a medias, pues el primer ministro, Benjamin Netanyahu, dio marcha atrás a parte del proyecto.
Al reconocer que aún no logra el consenso, que la oposición demeritó, el líder israelí adelantó a Bloomberg que desistirá de impulsar la propuesta tal cual se envió al Parlamento. Explicó que hay temas que se plantearon y no deben legislarse o, por lo menos, no por ahora, según una entrevista con ese medio.
Y es que aseveró que es posible restaurar la Corte, el tema más polémico por las acusaciones de críticos y legisladores por supuestamente intentar asumir el poder de esos tribunales.
Pero Netanyahu sostuvo que ése es el siguiente paso para conseguir “un equilibrio (nacional). Eso es lo que estamos tratando de restaurar”, abundó en la entrevista, al poner la mira en la composición del comité que elige a los jueces.
Pero las quejas no cesan en esa nación, pues sostienen que sólo trata de acomodar a magistrados afines, con lo que impedirá que éstos bloqueen sus acciones, con lo que se avecinan más movilizaciones para detener sus planes de superar a la Judicatura israelí con la llamada “ley de razonabilidad”.
Incluso, el derechista enfatizó que ya dio mucho tiempo a la oposición para llegar a un acuerdo al retrasar por meses el debate, sin abundar en las críticas al interior de su partido, pues ministros fueron cruciales para frenar el proceso al renunciar o amagar con dejar su gestión.