Un Tribunal en Francia impuso penas de entre dos y hasta 18 años de prisión contra ocho presuntos terroristas vinculados con el atentado que cobró la vida de más de 80 personas y dejó más de 400 heridos en Niza.
A más de seis años del atropello múltiple en plena fiesta nacional del Día de la Bastilla, las autoridades emitieron el fallo contra los siete hombres y una mujer identificados como cómplices de Mohamed Lahouaiej Bouhlel quien, a bordo de un camión, perpetró uno de los ataques más letales en la nación, sólo por debajo de los 130 decesos en la sala de conciertos Bataclan, en París.
Durante el juicio, que inició desde hace tres meses, la parte acusadora hizo énfasis en los actos deliberados del atacante de doble nacionalidad —francesa y tunecina— al detallar que el yihadista arrolló en zigzag a la multitud con miras a causa el mayor daño posible, pues durante unos cinco minutos condujo sobre decenas de víctimas por un camino de casi dos kilómetros, al sorprender a miles de ciudadanos que celebraban poco antes de la medianoche.
Y hasta presentó testimonios desgarradores de sobrevivientes y testigos de la masacre, así como de personas que perdieron a sus familiares por un acto atroz con miras a demostrar el daño, pues sus actos claramente pretendían causar el mayor impacto con un saldo letal.
Según los fiscales los detenidos después de que al autor intelectual y material fue abatido en la zona costera son culpables de complicidad del ataque que el Estado Islámico se atribuyó.
Los investigaciones demostraron que dos de ellos, identificados como Chokri Chafroud y Mohamed Ghraieb, operaron como una red terrorista para facilitar a Bouhlel la unidad, pese a que sabían cuáles eran sus intenciones, por lo que recibieron las mayores penas con casi dos décadas encerrados por presuntos actos terroristas.
Y es que también se evidenció que algunos de sus “amigos” alojaron al empleado de un hotel en su casa, sin importar su ideología yihadista, pues sabían que recientemente se había integrado a grupos extremistas y se había interesado profundamente en el Islam. No obstante, éstos negaron ante las familias de las víctimas, quienes se dieron cita en el recinto, tener conocimiento o ser partícipes de los hechos de hace seis años.
Incluso, la defensa intentó señalar que las imputaciones eran circunstanciales, pero en sus alegatos los fiscales ratificaron que al menos uno de ellos atestiguó el crimen, pues gracias a pruebas obtenidas por la policía se identificó que a los pocos minutos del atropello múltiple y letal éste se paseó por la zona para ver el derramamiento de sangre; hecho que el implicado negó al declarar que ése era su camino regular a casa.
No obstante, no en todos los casos de comprobaron vínculos con el grupo islámico, por lo que las penas variaron contra los demás acusados.
Otro de ellos, Ramzi Arefa, recibió 12 años de prisión al corroborar que ayudó al autor material del atentado terrorista al entregarle un arma, misma que presuntamente le serviría al agresor de 31 años para evadir a las autoridades y hasta su posible arresto, hecho que no ocurrió, pues tras la tragedia fue abatido en el lugar de los hechos.
En tanto, contra los otros cuatro acusados, de nacionalidad albana, sólo se acreditó el cargo de asociación con un criminal para cometer un delito, por lo que recibieron las sanciones menores con apenas ocho años sin libertad, pues no hallaron pruebas de que orquestaron el ataque directamente con la agrupación que convirtió en esa década a Francia en su principal blanco, pues además de los crímenes de Niza y Bataclan perpetró varios tiroteos en territorio galo.