Fuertes tormentas y tornados azotaron Texas, Oklahoma y Arkansas con un saldo de 15 víctimas mortales, entre ellas al menos dos niños; pero también hay daños a infraestructura y más de 450 mil hogares sin electricidad.
Al describir la zona como un “rastro de escombros”, la Policía de Texas lamentó la muerte de dos menores de dos y cinco años de edad, pues el mayor impacto fue en un parque de casas rodantes, dejándolos sin refugio.
Y agregó que la devastación es muy seria, al sumar siete decesos; mientras residentes relataron cómo sobrevivieron de milagro a los tornados, pues Hugo Parra narró a Associated Press que se refugió junto a unas 40 personas en el baño en una estación de camiones para resistir.
En tanto, en varias zonas siguen los rescates, en un proceso en el que socorristas han hallado cuerpos en casas tras la caída de techos y fachadas, así como el derribo de líneas eléctricas, que afectaron a Kentucky, Missouri y Tennessee.
Tras la sacudida también reportan más de 100 heridos, varios hospitalizados y trasladados en helicóptero, ante lo que el gobernador de Texas, Greg Abbott, admitió que es difícil dar un saldo total.
En Arkansas hubo otras seis defunciones y dos más en Oklahoma, ante lo que meteorólogos advierten que las malas condiciones podrían alcanzar a Carolina del Norte, Virginia y Nueva York.