Tropas israelíes asesinaron a 10 palestinos en uno de los mayores ataques contra Cisjordania desde que estalló la guerra en Gaza, acto que condenó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El ejército de Benjamin Netanyahu justificó las redadas y ataques en los campos de refugiados de Yenín y Tulkarem, de acuerdo con la prensa, al sostener que ahí combatientes islámicos almacenaban armas de Irán —presunto financiador del conflicto— y se preparaban para usarlas contra territorio israelí; postura que recalcó el ministro de Exteriores de Benjamin Netanyahu, Israel Katz.
En un mensaje en redes sociales el funcionario informó que igual que en Gaza los despliegues de las Fuerzas de Defensa buscan anular la infraestructura y capacidad terrorista, pues se identificó que el régimen islámico redobló dichos envíos a territorio palestino, específicamente a la resistencia islámica Hamas, según informes de Inteligencia, cuando se acercan al mes 11 de esta guerra.
En respuesta, la Autoridad Palestina recriminó la nueva embestida en la zona crítica y exigió al mundo detener la agresión de un gobierno “extremista” que amenaza y pone en riesgo a Medio Oriente, pues según funcionarios de Cisjordania aunque Tel Aviv se dice dispuesto a negociar, en realidad sólo busca vías para extender las ofensivas, pues el Ministerio de Defensa israelí anticipó que los combates continuarían hasta 2025.
Y la agencia local Wafa puntualizó que líderes en Cisjordania exhortaron a potencias y organismos internacionales a frenar a Israel, al que culpan de la desestabilización regional y acusaron a dicha nación de repetir lo que se vive en Gaza, pues el enemigo promueve evacuaciones masivas para exacerbar los desplazamientos registrados en la Franja y no descartan hasta intentos de anexarse ese territorio.
Pero persisten los llamados a rebajar la tensión; horas antes la ONU instó a Tel Aviv y a Hezbolá a detener la escalada tras nuevas ofensivas con el grupo afín a Hamas y que tiene sus bases en Líbano, país que limita al norte, pues ello llevaría al empeoramiento del conflicto, luego de revelar que uno de sus vehículos fue baleado en Gaza, pero sus pasajeros salieron ilesos, según un comunicado difundido por el diario Times of Israel.
Ignorando los reclamos globales el ejército israelí anunció la recuperación de otro cadáver que retenían los terroristas palestinos en la Franja.
A diferencia de la semana pasada, cuando retornaron los cadáveres de varios civiles, esta vez se reportó que hallaron y trajeron de vuelta el de un soldado asesinado y secuestrado por enemigos el 7 de octubre del 2023, aunque no se reveló ni su nombre ni la zona de ubicación, pero funcionarios acotaron que fue en Rafah o cerca de ahí.
Y con ese nuevo éxito, el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien ayer visitó a sus soldados en la frontera norte, insistió que aún no han visto el final de esta historia, pues están dispuestos a hacer todo para garantizar el retorno seguro de más de cien rehenes que siguen bajo control del enemigo. Recalcó, en un mensaje directo a quienes critican su postura, que no se trata de ninguna estrategia política sino de una prioridad nacional para que éstos se reencuentren con sus familias tras más de 300 días de encierro, como ocurrió con un hombre esta misma semana, y dar sepultura a quienes fallecieron en cautiverio.
Además, en las últimas horas ese ejército también eliminó explosivos que hallaron al interior de una mezquita, al enfatizar que usan incluso zonas religiosas para evadir al ejército rival.
